Jueves 01.08.24: Can Tho mercado fluvial
Hay días de viaje que te salen redondos y hay días como este (luego el divague se anuncia breve). Hoy toca "las imágenes más icónicas del delta del Mekong" y... no sé, creo que me las perdí. ¿Será porque para ir al mercado fluvial con el grupo has de ir a las 5 am y nosotros -en nuestra última iteración como bon vivants- vamos con taxi a las 8? Porque el taxista para y nos deja en un pequeño muelle que termina en esta carraca:
En ese momento empiezo a considerar que tal vez haya sido todo un error, y que estaríamos mejor en la tienda de artesanías donde deben estar ahora los del grupo. Pero es que vamos, una cosa es ir tres en un buggy de ocho, incluso en aquella barca de Hue que al menos se habíá esforzado en ponerle una cabeza de dragón en proa, pero esto ya me parece excesivo y no veo cómo se va a poder meter entre las barcas del mercado.
El taxista se embarca -nunca mejor dicho- en una conversación con el dueño: igual son amigos y nosotros vamos a ser inminentemente timados- tal vez secuestrados. El traductor del teléfono hace lo que puede, pero seguimos confusos y al final llamamos al homestay, la recepcionista nos rescata porque el tipo nos termina llevando a un mercado (terrestre) que tiene otro muelle del que salen barcas más normales. Mientras la esperamos, nos damos una vuelta por el mercado convencional:
Antes de volver al hotel damos otra vuelta por el mercado terrestre: el Peda se compra un cinturón y Mini una almohada de cuello de avión de Doraemon. El resto del día consiste en tirarnos a leer a la piscina. Incluyo un par de fotos del homestay para que algún posible divagante que se haya despistado por aquí no se duerma. La segunda es nuestra cabaña:
Pero, oh destino! En ese momento se pone a llover, como suele llover aquí, a lo bestia. Llega el ferry, las motos suben y nosotros esperamos a que pare. El ferry va, y vuelve con nuevas motos:
Se llena de nuevo, pero no tiene sentido cruzar para pedalear 7 kms bajo la lluvia. El río, por lo menos, está bonito:
Por fin, cautivos y desarmados, volvemos al hotel a llorar nuestro segundo micro-fracaso del día. El tercero no tarda en llegar: en la cena del hotel elegimos algo que resulta tan picante que hay que sacar los pañuelos para llorar y la moquita (como dicen los ingleses: "my arse's on fire!") y un conjunto de verduras que algunas no hay quien se las coma (ah, sí, el Peda).
Pues sí, algo más sosa esta petit odisea, pero al final alumbra el faro... me ha gustado... y me ha llevado a como estes lugares semiperdidos (en relación a la Gran Hipócrita Europa), y ahora pienso en Oriente Medio, son más para insectos y reptiles, que para humanos... aunque los reptiles humanos (qué buenazos eran los de V!!!) son mucho peores que los irracionales...
ResponderEliminarBicos torrenciales.. (un poco exagerado, pero acordes con el monzón que nos está cayendo en este puteado planeta)
Morning MV... no todos los días de viaje salen llenos de inspiración y aventuras, es como cocinar, a veces sale mejor o peor... ya se acaba esta serie y los días q quedan son "de bajada", más de contemplación y poco hacer/ver. Pondré un par de fotos y ya... y luego volveremos a los divagues normales más espaciados. Gracias por comentar! :)
EliminarSiempre pensé que esos mercados fluviales estaban sobrevalorados. Tus fotos lo corroboran. Lo mejor, la salamandra. ¡Monísima!
ResponderEliminarSegún Annapetons ganaba mucho con el madrugón... como reportera de esa magna página de viajes no he estado a la altura... igual me echan. AH! y tengo otra salamandra por ahí, q la colgaré ya q te gustan en 2 días.... xxx
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