10 julio 2024

"The book of evidence" ("El libro de las pruebas") de John Banville: "La maté porque podía"

Este ha sido mi primer Banville. 
¿Por qué este? Sin recomendación de nadie, me imagino que lo elegí tras una búsqueda tipo "por dónde empezar con John Banville" y me salió "The book of evidence" ("El libro de las pruebas") . Pero no lo sé, porque ahora lo he hecho y no sale; el propio autor recomienda "The Newton letter", de su tetralogía científica. Este es también el primero de una trilogía que narra las andanzas de Freddie Montgomery, un asesino ilustrado, un científico que ama el arte, pero que estudió ciencias "para hacer la falta de certeza más llevadera".

Tal vez fue por eso: siempre me interesa lo que la gente llama "el Mal", meterme en la cabeza de lo que la gente llama "los monstruos" para intentar explicarme cosas. Conclusión hasta ahora, primicia: es complicado. Ahora estoy leyendo otro de esos libros de neurociencia con los que de vez en cuando os deleito por aquí, y aseguro que todo lo que tiene que ver con nuestro comportamiento es de una complejidad que ríete de la NASA y el metaverso. El ensayo, de David Linden y del 2020,  se llama "Único. La nueva ciencia de la individualidad humana". Lo que nos hace  especiales, únicas e irrepetibles está meɓdiado por genes, ambiente, y el azar de los procesos del desarrollo. Genes que se activan o desactivan según diferentes parámetros (no sé, por ejemplo, la temperatura), ambientes compartidos y no compartidos, randomness. Es apasionante y todo una maldita lotería. No me atrevo a leer el último de Sapolsky [del que ya divagamos sobre su "Behave"] titulado "Determined: A Science of Life Without Free Will", porque me da medio miedo. A propósito del libre albedrío, ya al principio de "The book of evidence" nos encontramos frases como "I realised I did the things that I did because I could do no other" o "I am asking if it is feasible to hold on to the concept or moral culpability when the notion of free will has been abandoned".

Pero divago: todo lo anterior para decir que Freddie no parece un psicópata al uso, pero me quedan muchas dudas clínicas de lo que le ocurre [tiene muchos momentos de grandiosidad, de "cómo no se me da más importancia, tras lo que he hecho"; otros de "disregulación emocional", como se llama ahora a una pataleta de adulto], de cómo entender su asesinato, cuando todo lo que explica es "la maté porque podía". Y realmente, parece que él mismo no tiene ni idea. Es un tipo que se ha obsesionado con un cuadro (que si es el de la portada de mi edición, entiendo el porqué: me he descubierto mirándolo muchas veces antes de abrirlo y tras al cerrar el libro), va a robarlo a plena luz de día, y como una criada se le interpone, zas, la mata. Pero ni siquiera para salirse con la suya, ni para no dejar huellas. No. Simplemente, podía. El que lo entienda, que lo compre. Nota: con los libros de neurociencia en la mano, creo que algún día -no cercano- se entenderá. Con nuestra lógica cuentacuentos, no.

Freddie nos cuenta su historia en primera persona y es un "unrealiable narrator" (el narrador en el que no se puede confiar) de libro: ¿es esta confesión de su puño y letra lo que realmente ocurrió? Lo han comparado con Raskolnikov ("Me siento como el triste protagonista de una novela rusa", dice en un punto), y es que hay mucha filosofía en esta novela corta: la libertad ("to do the worst thing, that's the way to be free"), el miedo a la libertad (que lleva consigo tomar decisiones; parece que Freddie se ve aliviado de no tener que decidir nada nunca más, en la rutina despersonalizada de la cárcel), el libre albedrío, la piel de cordero con la que cubrimos el lobo que somos ("This is the only way another creature can be known: on the surface, that's where there is depth")... pero lo que de verdad llama la atención de la novela es cómo está escrita.

Banville escribía novela negra con un pseudónimo, Benjamin Black, y he leído alguna entrevista en la que explicaba cómo usaba a Black para relajarse de la extrema concentración que necesita para escribir como Banville. Parece que una cosa es literatura y la otra un divertimento. No he leído a Black ni de entrada me apetece, pero Banville escribe cosas tribonitas como "that grim, shadowed gallery I call my heart" o 
"como si hubiera atravesado la membrana del tiempo en sí mismo". O reflexiones sobre alguien "destinado a grandes cosas, pero que había logrado evitar su destino", o "creo que será lunes por la mañana cuando me den la bienvenida en el Infierno".

Un día solo fui a un taller de escritura (absténganse los graciosos de comentarios) en el que dijeron que "era muy importante describir sensaciones de los sentidos". Pero claro, una cosa es hablar del manido "olor a césped recién cortado" que te lleva a la infancia en el Parque Grande y otra Banville: "chupar el sobre que ella había previamente cerrado", "un sonido de tractor que era justo la voz del verano", o incluso llegar más allá, a la despersonalización: "me vi a mí mismo girándome, mientras me giraba". El nivel de su descripción tal vez se entienda aquí: "A paralelogram of moonlight was propped againts one wall like a broken mirror".

Y el humor: no sé si una acaba siendo del equipo de Freddie incondicionalmente -es un tipo raro-, pero si tiene algún punto positivo que le define y tal vez redime es el humor. Cuando su amigo pregunta todo solemne al inspector si es absolutamente necesario que le esposen, él reacciona con desapego e ironía, "It was such a grand old line, and so splendidly delivered , with just the right degree of solemn hauter, that for a second I thought I might elicit a small round of applause". O la relación con su madre, "ya me había irritado. Tenía ese efecto en mí. Solo tengo que estar frente a ella para que la irritación y el resentimiento empiecen a anidar en mi pecho", y tras el soliloquio: "¿es de extrañar que haya acabado en la cárcel?".

¿Quiero reencontrarme con Freddie en el resto de la trilogía? Puede. Pero seguro, con quien quiero seguir encontrándome es con la prosa de John Banville. 

5 comentarios:

  1. Yo de Banville he leído varios. Como estoy perdiendo memoria he ido al blog a ver y por lo menos he leído 4. EN todos los comentarios he puesto "es increíble como escribe". Lo primero que leí fue Imágenes de Praga que es una especie de libro de viajes y que me encantó. También he léido El Intocable sobre los cinco de Cambridge y Antigua Luz. El año pasado leí El mar que me gustó menos pero que también te recomiendo porque siempre hay algo de lo que quedarse colgando.

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  2. Como te has puesto científica voy yo y me lanzo... "Pero ni siquiera para salirse con la suya, ni para no dejar huellas. No. Simplemente, podía."(dixit).

    Podemos compararlo con el funcionamiento de una partícula fundamental, según la teoría cuántica. Nada aplicable al ente macroscópico que somos, pero cada vez tengo más claro que esa limitación de la cuántica hace tiempo que ya no tiene sentido, hablando filosóficamente.

    La mente humana es un conglomerado de entes macroscópicos y microscópicos que nos traen por la calle de la amargura. Pero que sirven para intuir por donde van los tiros, cuando nos ponemos en modo "desvarío profundo".

    Bicos concentrados...

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    Respuestas
    1. "No. Simplemente, podía." La esencia del poder... ya decir si o no necesita una buena dosis de poder... y si no la tienes te quedas con un mono de campeonato...

      También puedes pasar de drogarte... pero eso ya lleva consumido mucho papel (ahora digital) y seguimos casi como antes de que el Freud nos diera con el periódico doblado en la cara... un Times, para colmo!!!

      Se pasó de 29 a 2 en una secuencia casi cuántica... será porque en el fondo somos más mirones que bosones (visionarios)...

      Buen verano... a pesar de Gaza!!!

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    2. Acabo de disfrutar un montón con el divlog que viene en la banda derecha "De premio NáN"... y, parafraseando tu título, lo hice porque podía (y, desde luego, quería)... en fin, cuando uno anda más libre, nada como la arqueología!!!

      Bicos de una década (y casi media)...

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  3. Querid@s Mo y MV, lo primero, disculpas por este retraso en contestar... tal vez no fue una buena idea darle a publicar y coger un avión a los cinco minutos, porque ya podía haber imaginado que no iba a tener quorum para contestar. Pero bueno, que estoy de vuelta, todavía jet-lagged (aunque este es el bueno) e intentando aceptar la vuelta a la normalidad.

    Gracias como siempre por comentar... ahora voy a estar aquí, purgando mis pecados sine die, así que reiniciamos la conversación...

    Bicos, muxus, besos

    di

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