Arthur Quiller-Couch, en su libro "El arte de la escritura" (1916) se inventó la frase del título. La cita entera:
"Mata a tus chiquitines, incluso cuando rompa tu egocéntrico corazoncito de escritorzuela" |
"Si quieres un consejo práctico mío, una regla, aquí está: Cuandoquiera que sientas un impulso de perpetrar una pieza de escritura excepcional, obedécelo - con entusiasmo - y luego bórralo antes de enviar tu manuscrito a la prensa. Asesina a tus pequeñines"
Me gusta la frase por lo que tiene de cachondeo: tú pensando que tienes algo buenísimo que has de escribir y, en fin, en tu cabeza será espectacular, pero solo ahí. Pero lo de la revisión de lo escrito -por lo menos en momentos de alta emoción- me lleva a mi época adolescente, cuando todo era tan intenso y dramático (sí, Mini, no has inventado nada). Por la noche, con el adagio de Albinoni de fondo describías con sumo detalle cómo el mundo se desplomaba por cualquier razón de peso -e.g. el chico que te gustaba se había enrollado con otra. A la mañana siguiente, cuando ya brillaba el sol y sonaba de fondo tal vez Queen o Status Quo te ruborizabas leyendo tamaña idiotez, e iba a la basura, donde pertenecía. Estos fueron mis primeros -y pocos- pinitos en esto del "Kill your darlings" voluntarios. Luego, en la vida, hay demasiadas ocasiones en las que hay que escribir con corsé, o bien usando una jerga-gremial de la que no te puedes zafar, o bien por el límite en el número de palabras, o por lo que sea, como para cuando escribes únicamente por diversión andarte con esos debates.
El otro día estuve en una exposición titulada "Escribir, cortar, re-escribir" que iba precisamente de eso. Fue en Oxford, en una de sus 26 Bodleian Libraries donde tienen un archivo con cantidades industriales de manuscritos - y había algunos tras el cristal dignos de reverencia (recordemos hace unas semanas similar experiencia en la British Library). Así que hoy solo voy a poner alguna mala foto que tomé de las vitrinas, siempre con un señor uniformado respirándome en la nuca, que desde el principio dejó claro que las que tenían un icono con lo que parecía una cámara de principios de siglo tachada no eran fotografiables. En serio? No lo hubiera pillado si no me lo dice- aún así se dedicó a perseguirme y repetírmelo a intervalos regulares.
Por liaros, este es de otra exposición sobre Chaucer que estaba al lado |
Aquí empieza la de la edición con un manuscrito de John Le Carré: no era metafórico aquí el cortar!!! |
Los manuscritos de Jane Austen no se conservan porque no era costumbre en la época guardar los borradores. Lo que ha sobrevivido son material abandonado, como lo de arriba ("The Watsons") |
Raymond Chandler -del que divagamos hace poco- tenía una lista de símiles y si las usaba, apuntaba en qué novela |
Atención a esta maravilla: el cuaderno de notas de George Elliott cuando viajó por España en 1867. Los llamaba "sus minas". A la vuelta escribió el poema "La gitana española". |
Esto es uno de los famosos moleskines de Bruce Chatwin -el de "In Patagonia" |
Nada menos que "Frankenstein": Mary Shelley tenía 18 cuando empezó la novela y le hacía de editor Percy su marido. Aquí le sugiere cambiar "handsome" por "beautiful" cuando describe al monstruo |
En la segunda edición del "Retrato del artista adolescente", Joyce hizo varios cambios, incluyendo quitar una coma (que como sabemos puede cambiar todo el sentido a una frase) |
Y como hace tanto que no salgo de la city -malditos GCSEs-, termino con unas fotos de la ciudad en la que por una vez no fui una más de las hordas de turistas (o eso me hice creer): fui invitada a una comida en uno de los colleges. Un college es el equivalente a un colegio mayor, donde no solo se alojan los estudiantes, sino que viven en una especie comunidad donde tienen tutores adscritos al centro (hablé con uno, profe de latín, que me contó cómo él no vive en campus pero al menos un día a la semana va a cenar allí con los estudiantes) y un programa lleno de actividades culturales y deportivas. Esto me recordó cuando en la uni iba al Pedro Cerbuna, el colegio mayor de Vetusta, a ver pelis, a conferencias o a tener conversaciones que me impactaron como aquella con un compa que tenía a su familia engañada sobre cuántas asignaturas tenía colgando y para pagar re-matrículas se alimentaba solo de lentejas. Las habitaciones tenían un armario de doble puerta que contenía un lavabo (esto me fascinó), el resto era comunitario. No estuve en el comedor, que seguro no tenía nada que ver con este (imágenes abajo): algunos de los colleges en Oxford datan del siglo XIII y son espectaculares. Casualmente, estaba yo releyendo "El nombre de la rosa" y podía ver a Guillermo de Baskerville -que se había formado aquí, como Guillermo de Ockham, el filósofo franciscano real en el que Eco inspiró- paseando por los claustros.
Tenía muchas más fotos, pero aquí sí que he tenido -como siempre, con dolor- que "Kill my darlings": ahí van.
Pequeño drama: Pret ha cerrado el grifo de la suscripción, ya no vale el pantallazo del QR. |
Alguien ya inventó llamar a un pub como un neurotransmisor; aquí a una pastelería llaman "Endorfinas" (les pido derechos?) |
El menú de este café está en guineas |
Esto es el patio de un college |
Y otro |
Oxford in the bloom |
Pongamos que monísimos diablillos custodian tu casa |
Todo puertas así, de todas tus asignaturas favoritas |
Refectorio donde comimos y comen los malditos alumnos a diario |
Capilla del college donde estuvimos |
Un poco más, y creo |
Me pregunto qué pensará Vox sobre que esta bandera presida una iglesia |
Esta es la más famosa de las Bodleian libraries, a la que no nos dio tiempo a entrar-volveré solo por esto |
Termino con imágenes de un Pret cualquiera... |
Sí, hasta los Prets son de época... |
El sauce llorón, muy de ciudad universitaria, ya de camino a la estación |
Yo vengo solo a dejarte este episodio del Open Ears Project con Jennifer Egan que acaba de salir https://pca.st/spswlca5
ResponderEliminarMuchas gracias. La música es una gran inductora de estados de ánimo y esta balada de Chopin a mí personalmente me entristece... no me cuadra con sus escritos, aunque entiendo q la usa en el programa para hablar de narrativas, y bien usada.
EliminarHabía escuchado el de Arvo Part y el viaje a Escocia de Hiddleston: es q esa música te lleva ahí, a subir a una montania tú sola o con otra persona máximo. Ese disco tb me lleva a otra época de mi vida, a ese CD, todo azul glacial...
¿Te he contado que, allá en mi lejana juventud, me alojé durante un curso de verano en uno de los colleges de Cambridge? Concretamente, el Caius College, de donde era, entre otros Stephen Hawking (no coincidí con él ni nada, por supuesto). Eso sí, vivía en una habitación de una de las torres antiguas, al ladito mismo de King's. Glorioso.
ResponderEliminarBueno, qué maravilla debió de ser eso! Si yo, solo con tomarme un té en aquel Pret de las fotos ya me sentí transportada... Espero q aprendieses mucho, pero si no, da igual... :)
EliminarSobre King's vs. Caius vs. Magdalen etc (rivalidad entre colleges, conozco a uno q estuvo en el último q tradicionalmente era de chicas solo), una vez asistí a una conversación entre un catedrático de mi ramo y una jueza: ambos habían ido a Cambridge y el catedrático le preguntó: "a qué college?" y ella dijo: "A king's, hay otro?"
Jajaja! Sí, los de King's siempre se han creído lo más
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