17 julio 2023

"Rabbit, run" ("Corre, Conejo") de John Updike: Precioso ejercicio de estilo pero, "Chica, corre"

Que el protagonista de la novela que lees te caiga mal (¿quién querría ser amiga de Julian Sorel?) no es razón para que no la disfrutes o para que, aún peor, dudes de su calidad. A ver, yo he dejado alguna novela porque no soportaba al prota ("On human bondage" viene a mi mente), pero siempre ha sido porque en el balance “lo nerviosa que me ponía” vs. calidad (según-mi-opinión), ganaba lo primero y no valía la pena seguir. 

Updike me acompañó
en la fila electoral-
más de esto otro día
Vaya esta introducción como aviso, por si al final de este divague no dejo claro que no me ha caído precisamente bien el prota de "Rabbit, run" ("Corre, Conejo", Tusquets). Ya, ya, que dijo John Updike que creó al personaje de Harry Armstrong, conocido como Rabbit, como respuesta al "On the road" de Kerouac, para demostrar que cuando los hombres americanos se van en ese plan de huida hacia adelante, dejan un reguero de dolor y drama detrás. Es así, nada es gratis, y a veces tu libertad puede tener efectos colaterales, daño a terceros, en concreto a la gente que quieres. Así que si Rabbit se te atraganta como persona, como a mí, has de saber que la intención del autor fue dar un toque de atención a todos los cantamañanas que van por la vida como Rabbit. Cuando algún lector osó a sugerir que en un libro posterior de la saga el protagonista se le hace incluso "lovable", Updike no tuvo nunca esa intención, aunque no es un escritor que "castiga, premia, satiriza a sus personajes desde un punto más elevado: simplemente busca mostrar distintos ángulos de una irresoluble tensión intrínseca al ser humano", nos dice en su epílogo.

Ah, sí, lo de Rabbit es una tetralogía: Updike escribió una novela de Rabbit cada década más o menos (hizo un Linklater con las "Before", o Linklater hizo un Updike), siguiendo los acontecimientos históricos de EE.UU. en el siglo XX. Comenzó con esta que acabo de leer cuando Rabbit tenía 26, y luego van siguiendo, "Rabbit Redux", "Rabbit is rich" y "Rabbit at rest", cuando por fin lo mata -oops spoiler!

A mí de entrada lo que me atrajo fue uno de los Temas Subyacentes, la idea de un chico que ha sido una estrella del baloncesto juvenil en el instituto y al que la vida de repente le ha mostrado que no es lo que esperaba. Está atrapado en un trabajo de ventas aburridísimo, casado con una mujer que bebe, le aburre y encima está embarazada, y con un niño de 2 años. Y como dice "cuando has sido el primero en algo, no importa el qué, toca los pies estar en segunda fila", porque "en algún sitio tiene que haber algo mejor para mí que escuchar llanto de bebés y blabla". Este es un tema que se ha explorado ya bastante en la literatura o el cine: me viene a la cabeza la "reina de la fiesta del instituto" veinte años después: ha engordado, su trabajo es una mierda y su marido está a otra cosa. Es un personaje que Jonathan Franzen trabaja a la perfección.

Pero en el caso de Rabbit a mí se me ha hecho muy difícil empatizar con este predicamento, y creo que esta novela es una lectura muy complicada si eres mujer en esta época, no sé cómo sería en 1960, cuando fue publicada, pero ahora mismo la historia de "hombre huyendo de mujeres" a mí me chirría. No que esto haya desaparecido: aburrida de meme tras meme sobre la mujer que intenta "atrapar" marido, de marido al que una mujer coarta su libertad, su esposa, su suegra, o su Tía Sisebuta o la Tía Polly, como en "Huckleberry Finn", otra de mis lagunas por leer, pero este ejemplo viene del excelente artículo de Sarah Churchwell que habla de este gran tema de los tíos-conejo (me parto cuando dice que nuestro prota comparte con estos animales la "proclividad de la procreación") que corren en la dirección contraria que sus mujeres porque siempre hay alguna que interfiere con sus planes de libertad, pobrecitos. Al final, dice Churchwell, "las mujeres somos una presencia que ahoga (...) ellos terminan simbolizando la independencia y la libertad y las mujeres la dependencia y la parálisis". La misoginia viene de siempre y nunca nos dejó, amigas.

¿Por qué he terminado este libro? Volvamos al párrafo primero, donde hablo del balance, y es que cómo escribe Updike. Queda claro que como feminista la historia no me llega, más de medio siglo después, pero las descripciones, las metáforas, depersonalización, imágenes "toda tu vida la pasas abriendo y cerrando esa puerta", las ideas "el odio le sienta mejor que el perdón", "su proposición es tan valiente que seguro que no hay sustancia en ella", o "escucharlo en voz alta lo hacía la mitad de terrorífico".  

Su editor le aceptó el libro "con retoques" y en el epílogo explica cómo quitó cosas y luego volvió a poner. Por supuesto, la razón fue ser demasiado explícito con el sexo, supongo que la parte de la felación. Piensa ella: "That bussiness with the mouth. That. What do they see in it? (...) but when she woke up the next morning she wondered what the taste in her mouth was" (...) Dice él: "I need to see you on your knees, I need you to -he cant still say it- do it (...) If you did it it would prove you are mine". Sin comentarios, solo anotar que parece ser que esta práctica estaba -y aún está- prohibida en ciertos estados de los EE.UU., supongo que porque no está orientada a la procreación. Updike -al que Mini definió el otro día al ver la foto en mi contratapa como "what a geezer"- cuenta que se inspiró en Lawrence, Joyce, y otros sospechosos habituales. A mí la que me repele es otra escena -no será de fácil digestión para ninguna mujer-, cuando intenta metérsela a su mujer que está aún con los puntos de la episiotomía. De verdad, qué indeseable. Yo a quien echo de menos aquí es la autoflagelación de Philip Roth, aunque sea para reírme.

Por último, una nota literaria que me ha llegado. Updike habla de escribir en presente de indicativo -algo inusual en esa época-, de cómo fue para él "un descubrimiento":
"El (tiempo verbal) presente puede dar el mismo repentino sentimiento de inseguridad al lector que siente un viajero en un país sin mapa, cuando siente todo a la vez y no solo se ha perdido físicamente, sino que ha perdido también su identidad. (...) Cuando empecé a escribir en presente, no sentí que fuera ominoso sino más bien emocionantemente rápido y libre-libre de las ataduras gramaticales del (tiempo verbal) pasado, y de la mano muerta envolvente que cubre cada acción. Escribir "dice" en lugar de "dijo" era rebelde y liberador en 1959. En el tiempo presente, los pensamientos y los actos existen en un mismo plano. (...) Es como las películas ocurren delante de nosotros: hacemos una inmersión en ellas".
He copiado casi toda esta cita del epílogo porque puedo suscribir punto por punto todo lo que dice: fui víctima del "descubrimiento" en mis carnes. Esto no debe pasar a los escritores con formación literaria, pero los que no la tenemos y nos ponemos a escribir sin planear, impulsivamente, porque nos queman las ideas en las yemas de los dedos, sufrimos (quiero decir, disfrutamos) de ciertas sorpresas en el proceso. Lo mío fue así: con los días, sin darme cuenta, de un pasado lleno de esas ataduras gramaticales y visión-en-la-distancia, pasé sin darme cuenta a la urgencia del presente. Obviamente en los 2020s no es ni rebelde ni innova, simplemente es lo que pasó.

Updike innovó y escribió como los ángeles. Que yo no haya logrado ni un ápice de conexión con Rabbit -yo, que me iría a cenar con Aníbal Lecter siempre que yo no fuera el segundo plato- y haya terminado la novela puede ser una indicación del nivel de su escritura. Pero como con otros señoros de la literatura, sus personajes femeninos han salido mal parados y la única esperanza es que personajes como este ex-jugador de baloncesto hayan hecho algo por el feminismo, al rebote: con él, nos queda claro de lo que queremos huir. Ante los Rabbit del mundo: “Girl, run”.

10 comentarios:

  1. Me has pillado algo lejos de la zanahoria, porque ya comenté que este libro se quedó atrapado en una mesita de noche y allí sigue. Así que le toca, pienso, una merienda total de la saga.

    Además, por lo que dices del contraJack, puede ser vital en este momento de Reinado Queer... por que estamos a las puertas de un Nuevo Evangelio, con sus ángeles intentado mostrarnos el Nuevo Paraíso

    Y otro además, te dirá un macho (en definición científica clásica) si este otro macho puede ser mínimamanete agradable (o "positivo", según que contexto).

    Bicos "de vuelta"...

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    1. Y un por cierto... se nota que los escritores USA no son amigos de lucirse con grandes (o medianas) mujeres.. será que no son amigas de circular entre el centeno o visitar las grandes cimas del poderío USA, como el GG??? Supongo un Síndrome de Estocolmo Machista Clandestino fuera de serie...

      Ahí Hollywood lo hizo mucho mejor, a pesar de la fama tan negativa que tiene... verdad Scarlett (la primera!)??? Quizás lo malo es que, a partir de esa sobreviviente, derivó enseguida a regodearse con la Mujer Fatal... cosas de machos!!!

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    2. Bueno, toda la saga parece q debe estar publicada en un solo volumen... yo me leí del tirón la de John Fante y creo q se me atragantó algo.

      Ya q sacas a la femme fatal de Hollywood, igual un día hago un divague, me interesa. Sabes q se introdujo en el cine de los anios 50 como respuesta al cambio de roles (ellas habían ocupado el puesto de ellos en las fábricas cuando se fueron a la guerra, y seguido con los ninios y la vida)... mujeres "malas" en comparación con las "buenas" de siempre, q al final de las pelis recibían spr su merecido.... no hay más q ver el final de "Carmen", de la que hablábamos ayer... Fíjate q hasta en la reciente "Promising young women" pasa lo q pasa...

      http://divagandodivagando.blogspot.com/2021/04/una-joven-prometedora-y-assistant-hay.html

      bicox

      di

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    3. Realmente el comentario a las "carmen" ya lo acoplamos a estes, pues la visión machista de la hembra (esa que nace como tal, científicamente... aunque ahora se le complique la definición social por culpa del Movimiento Queer...) sigue siendo la de un "mal menor", un objeto más o menos erótico/decorativo... pero siempre la propiedad social del macho de turno... aunque sea un simple viandante, que la mira con "cierta mirada", por la acera donde coinciden pasando... y hablo sin contacto físico alguno.

      La mirada del escritor no tiene por que ser diferente, sobre todo siendo el hacedor de un "alma femenina", a la que puede hacer todas las marrullerías posibles... y sin que nadie le llame la atención (salvo "inquisidoras" aficionadas, tipo Di)..

      En fin, mucha tela... acabo de pedir el Rabbit... ya divagaremos...

      Pensemos que hasta la Elsa de Casablanca cede a la rutina del amor por el militante "de granito", en vez de quedarse con el "trabajoso2 (emocionalmente) dueño del club... en qué lugar deja eso a la protagonista (real, ya que controla a dos machos alfa)... pero eso da para mucha mucha tela, ya que nos lleva a al fenómeno social de la "chica del líder revolucionario", algo que daría para una novela más enjundiosa que la Madre del Gorki... en fin, me "callo"... que me venían, de repente, a la memoria el dúo femenino de Dr. Zhivago...

      Bicos suavemente templados...

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    4. MV, cada vez q usas "hembra" me recuerda a un enchufe y cada vez q no usas "queer" , me pregunto si será alguien q te está impostando. Animo con Rabbit, a ver qué tal traduce...

      bicos desde el noreste

      di

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    5. Lo de usar hembra es un deje muy científico... y me gusta mas que mujer, como cría humana en vez de niños/menores/adolescenetes...a fin de cuentas ya no necesito ligar para cuidar el lenguaje... además lo considero vital cuando el Nuevo Evangelio Queer está en la pista de la disco queriéndonos hacer bailar a todos... incluso a los que tenemos algo de alergia al baile que parece caótico, pero es una jaula "de modernidad impuesta"...

      En fin, no sé si la batalla virtual en lo que antes se llamaba Twitter, no me impedirá seguir comentando al Rabbit... seguiré leyendo, pero curiosamente le noto un tufillo a haber leído a Proust (aunque fuera en modo Reader Digest) , pero en "urbanita, o mejor en típica urbanización USA)... en fin, aunque me gusta su estilo expresivo, ya tuve que leer alguna página en diagonal... pero, como dije, pienso seguir. No me va a echara atráss, como la Broma Infinita del otro.

      Pienso que también las expectativas me pueden estar jorobando...

      Lo que si me encanta es que da otra visión muy diferente de la típica beat /demasiado lírica... ganas de reencontrarse con el gigante Walt... como dije hasta tiene algo de Proust en su visión de unas marquesas de medio pelo, las típicas amas de caas o prostitutas USA... donde subrayé hasta veinte frases (en pocas hojas) con estereotipos definitorios del machismo internacional... pero, cuidado, (será por macho) yo me veo al protagonista como un típico usamericano machista y colonial, al que está poniendo a parir el autor... claro que, como antes, para colores...

      Yo sigo prefiriendo el estilo Roth (con mucho), aunque pudo ser la época... no estaba tan "de vuelta"...

      Bicos bien coloridos...

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  2. On human bondage, es un must, pero está bien dejar a medias libros así por encima de las super críticas etc. Sé de alguien q envió a paseo a los derectives salvajes después de 200 pág.

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    1. A ti te cayó bien el prota de "On human bondage"? No recuerdo ya por qué, pero me amargaba la lectura. Es semiautobiográfica y eso me hace reguntarme si su personalidad sería tb la de Maugham, q era médico... médico y escritor como tant@s otr@s...

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  3. Que yo sepa, Anónimo y yo no nos conocemos, pero está describiendo mi experiencia con Los detectives salvajes. Sí, ya sé, Bolaño es lo más, cómo puedes dejarlo, etc. Lo siento, es así, la historia no consiguió llegarme.
    De John Updike leí hace poco una novela, "Cásate conmigo" y, aunque no sea de la serie de Rabbit, la sensación es muy parecida: este tío sabe escribir, pero leído ahora, desde una perspectiva femenina del siglo XXI, hay muchas cosas que chirrían.

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    1. ELENA, yo conozco a unos cuantos q no les ha gustado "Los detectives salvajes", y no lo han acabado, o bien son "de los q acaban" y con penurias. A mí es un libro q me encanta tal vez pq su tema es la metaliteratura, claro q hace poco temriné uno sobre lo pispo (Montevideo) y me aburrí mucho.

      Sobre "cómo puedes dejarlo", es q lo q nos toca a cada uno -aparte de la calidad literaria- es tan personal. Yo hace anios q no toco a Borges, pero cuando lo hice -y sí, notaba q era gran calidad- a mí no me dieron ganas de seguir. Aluciné con q un compa mío de trabajo (inglés) tuviera varios libros suyos en la oficina, y luego he visto a varios ingenieros a los q les gusta... no sé, trato de encontrar explicaciones. Sobre esto voy a escribir ahora sobre Ernaux, q terminé el otro día.

      Corolario: a veces es misterioso por qué se acaban ciertos libros, y otros no.

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