06 julio 2021

Servicios postales

Solo los divagantes premium leen las crónicas de viaje (algunas, motivadas únicamente por el morbo de las coladas, lo sabemos), luego el divagante mainstream no recordará la anécdota que abre el círculo que se cierra hoy, la de "la bahía de las ostras", también conocida como "el timo de las ostras". Pero sigan leyendo.

Hace la friolera de dos años, los Pedalistas hicieron una inolvidable road movie por Sudáfrica (nuestro último viaje con mayúsculas, maldita pandemia) y como siempre, Mini envió una postal a su amigo el Náufrago Ro. La tarjeta fue depositada en el Parque Nacional Addo porque en el sitio que se compró, pese a ser una "oficina de correos", no tenían sellos. Si esta frase última les parece un oxímoron, deberían leer el divague en el que se describe con detalle la susodicha oficina de correos, sita en Oyster Bay, ese sitio. 

Hablemos de Oyster Bay. Y cómo llegamos allí, en el fin del fin del mundo, al final de un camino de tierra que nos costó recorrrer varias horas -gran inmersión en lo rural sudafricano-. Hablemos de la atracción turística de Oyster Bay: las ostras, y "la manera de vida que la gente del lugar ha hecho alrededor de la ostra", dijo el Náufrago Ro. Pero, oh destino: al llegar, los pobres Pedalistas se encontraron con unas dunas espectaculares (solo eso aplacó momentáneamente nuestra ira) y absolutamente nada ni nadie. Por supuesto, nada implica ostras. En el único ínfimo snack-bar donde comimos - calamares - no habían en su vida  oído hablar de los moluscos, "lo que hay es el oystercatcher, un pajarraco que se las come".  Ah y también había oficina de correos-tienda desabatecida (brexit?), a juzgar por el género: un par de botes de Cucal y un grupo de postales rizadas. Como la de la imagen, que los Pedalistas compraron diligentemente para el amigo de Mini, el otro oystercatcher, "pajarraco que se las come",  Ro. 

Al llegar a Vetusta esas Navidades (2019, snif), se abusó e increpó al Náufrago, que seguía  insistiendo que había ostras en aquel lugar. Había más gente en el grupo aquel día para ponerle en su lugar: ni Xavi ni Laura encontraron ostras, otras víctimas del timo. Para colmo, no le había llegado la postal. Empecé a sospechar que Oyster Bay podría haber sido un monstruo producto de una pesadilla. Pasó alguna vez? Existe ese no-lugar?

Fast-forward 22 meses. Tranquilamente (es un decir) en casa y plink, un whastapp. Vaya, el amigo de Mini, qué querrá. Una imagen (la foto de arriba). Doy un respingo. What-the-fuck. NUESTRA POSTAL. Suelto una carcajada, así muy fuerte, tipo mala de Disney. Enviada a finales de Agosto de 2019, llega a Vestusta el 28 de Junio de 2021. Me imagino a Ro dando un saltito que da él así haciendo como se asusta cuando abre el buzón: coño! 

Aventuras de nuestra heroína, la postal:  matasellada en Port Elizabeth en Febrero 2020 (o sea, seis meses recorrer una distancia de 70 kms, desde el Addo, parque de los elefantes, suponemos que a pie, sobre un elefante), cuando se pierde su pista y nunca más se sabe. Un coronavirus azota el planeta y ella, se queda confinada al fondo de una saca en Johanesburgo o bien comienza a viajar? Tal vez la llevan caminando otra vez, pasando por Tombuctú? Habrá entrado en el vuelo equivocado y visitado América? Australia suponemos que no, por las restricciones covid. Pero, inasequible al desaliento, casi dos años después, por fin llega al buzón de Ro, Vetusta, agotada, pero esperamos feliz. 

El Náufrago Ro está molesto primero porque ha sido desenmascarado (alguien ve la "vida alrededor de la ostra" en esa postal?), pero sobre todo, porque él creía tener la marca mundial de tardanza de una postal (10 meses desde la India): aprendiz! 

Todo el tiempo que ella ha viajado (me apunto a esta versión, no a la saca de Ciudad del Cabo) yo he estado aquí varada en esta isla- una sirenita nada estatua- con voz e hiperactiva. Así que esto solo se puede interpretar de una manera: la postal vagante me pasa el testigo. Mañana, si todo va bien, si nada falla, si cada una de las demasiadas variables que podrían salir mal se alinean donde deben, vuelo a casa. 

Cuando nos sentimos sin control es cuando entran los rituales, la superstición, como la patética manera de creer que podemos controlar algo (prohibido decir la palabra "quiet" cuando se está de guardia, por ejemplo): será por eso que programaré esta tarjeta postal que os mando para cuando esté por encima de las nubes? Para asegurarme de que ella llegue a vuestro buzón y yo, a saber dónde... Comienzan las vacaciones. 

 


2 comentarios:

  1. Ojalá que la postal haya sido un buen agüero y podáis volar. Ardo en deseos de que reanudéis vuestros viajes, echo de menos esas crónicas (y las coladas, por supuesto).

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  2. ELENA, presidenta de las divagantes premium, Di te salutam!!

    Tras superar varias carreras de obstáculo (vestid@s de lagarteranas y otras humillaciones q ya no se sienten como tal), nos dejaron volar, transbordar (en serio piden pasaporte en un vuelo interno en este país?) y llegar. Así q mando besos victoriosos ya desde el norte de la península.

    Ahora, siento ser la portadora de malas noticias: mucho me temo q este verano no va a haber crónicas (tod@s lloran) pq aquí tenemos madres y hermanas con lavadoras nivel Snoid. No hay senioras Conchas, ni Panos Panetis, ni inodoros con música y ducha incorporada, ni elefantes... hay sandía y yogur, pero de postre! Te imaginas? No como comida principal, aquí esta gente insiste en comer varios platos (!!) a sus horas y llevar vidas ordenadas. Cómo me va eso a dar para divagar, si no es para dormir a las ovejas? Intentamos llevar nuestro ser guiri-inadaptado donde podemos, pero hasta ahí mi contribución a este país q se resiste como aldea gala a nuestras costumbres bárbaras.

    Dicho esto, me voy a la playa, en la cual, si se mete el sol tras la nube, hay q llevar jersey. Aseguro: he pasado más frío q en las aguas de Whitby aquellas q provocaban espasmos torácicos, pq al menos allí no había viento. Pero aquí... claro han de ponerlo para los surfers, si no, hay quejas.

    Besos darling

    di

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