30 agosto 2020

"El país del agua" ("Waterland") de Graham Swift: Cuando el escenario se hace protagonista

La mejor novela que he leído en lo que llevamos de 2020, la que más me ha gustado, ha sido "El domingo de las madres "(Mothering Sunday) de Graham Swift.  Así que mi segunda de este autor -ambas recomendadas por la divaganta Marisa- lo tenía difícil. 

Y como profecía que se auto-cumple, "El país del agua" (Waterland) (1983) me ha gustado menos, bastante menos, aunque he atravesado fases. La terminé hace quince días y no me lancé a la piscina del divague porque estaba entonces con las crónicas de la semana en Yorkshire. Esto ha contribuído a que la tenga aún más nebulosa que cuando la terminé, pero supongo que esto hará que me salga un divague mucho más acorde con el libro, que transcurre en una especie de cuento de hadas-y esa parte sí que me ha recordado a "Mothering Sunday". 

El libro ha sido por ahí clasificado de "enciclopédico", y a mí este calificativo para una novela siempre me recuerda a "Moby Dick", mi novela tótem, en la que Melville de repente se para un capítulo entero a hablar de la anatomía de la ballena, o del color blanco. Aquí Swift se va de la narración y nos habla del aparato reproductor de las anguilas, de la fermentación de la cerveza, o de la Revolución Francesa. Eso me gusta  (claro que ningún tema puede ser tan apasionante como la anatomía de la ballena, tenía que decirlo), sería terrible en un blog llamado divagando al cuadrado que no se aceptara el salirse del cauce y hacer extraños meandros. 

Fenland
Cuando escribo sobre libros, suelo intentar evitar la trama, y en su lugar elaborar sobre los grandes temas subyacentes, así como yo los veo. En estos momentos, no tengo ni siquiera claro cuales son estos grandes temas de "Waterland"; lo único que sé es quién es el gran protagonista: los Fens. Allí es donde está enmarcada la novela, en los Fens, o Fenland, una parte del este de Inglaterrra, zona pantanosa, que se ganó al mar hace siglos, como en Holanda, con un sistema de canales, esclusas, acequias y diques. El paisaje de la zona es peculiar y tiene una ecología interesante, no solo por los múltiples pájaros, peces y demás especies sino también por sus habitantes, cuyo modo de vida depende de que el mar no reclame lo que fue suyo. Por ejemplo, el padre del protagonista, cuida una esclusa como trabajo oficial, mientras que paralelamente, captura anguilas: todo gira alrededor del agua. En la introducción del autor de mi edición (2008), Swift comenta que antes de "Waterland" no consideraba la localización de una novela como algo de peso, y que lo que importaba era el drama humano. Sin embargo, con esta novela, se dio cuenta no solo del potencial del ambiente físico de los pantanos, sino también de su potencial metafórico. El había elegido los Fens arbitrariamente, como un no-lugar plano y desolado donde desarrollar su historia. Pero el no-lugar se le rebeló. Todos tenemos en mente novelas que son ciudades, o zonas fronterizas, o páramos, o el mar: son las mejores? Habrá de todo, pero estoy con él que (y lo he de poner en inglés, por el juego de palabras) "the apparent background became a foreground": el escenario se hizo protagonista.



Así que en esa casita en medio de una zona pantanosa (the cottage, "a boat that creaks and groans, seems more like a ship far out at sea that has lost its rudder"), viendo al vigilante, crece nuestro protagonista que cuenta su infancia, desde flashbacks del futuro, cuando es profesor de historia ya en Londinium, curiosamente en Greenwich, donde está el meridiano cero, una convención totalmente inventada por el hombre, en contraste con la fisicalidad real de las Fendlands (esta es otra reflexión del autor en su introducción de 2008). Me ha gustado esa introducción más que el propio libro: aquí se mete con su propio estilo, admite que el libro tiene mucho de presumido y pretencioso (show-off), pero en general, no se siente lejano a algo que escribió hace 25 años. Eso es un gran logro. Yo no quiero pensar cómo me sentiré dentro de tantos con respecto a este blog: ahora leo alguna entrada del principio y no es que me cueste reconocerme del todo, pero algo. Sobre todo en la extensión de los divagues: me he hecho desesperadamente pesada no sé si también en la forma pero desde luego en la longitud. 


No he subrayado tanto como en otras novelas, pero sí que tengo frases e ideas que han gustado mucho y que no quiero olvidar, como cuando llama al psicoanálisis "una forma de magia todavía no inventada" (mientras relata una historia de sus antepasados), o "si construyes un escenario, el show debe continuar", o cómo, con ciertas pérdidas, "la vida se para pero tú debes continuar viviendo". O este canto a la curiosidad:

“Children, be curious. Nothing is worse (I know it) than when curiosity stops. Nothing is more repressive than the repression of curiosity. Curiosity begets love. It weds us to the world. It's part of our perverse, madcap love for this impossible planet we inhabit. People die when curiosity goes. People have to find out, people have to know.”

Porque en un punto el profesor de historia deja de enseñar la historia de los textos y se dedica a contarles su propia historia y la de su familia, que es también parte de la gran Historia. En inglés hay dos palabras: "history" (que es la historia de los manuales) y "story" que son las historias que nos contamos. Sus reflexiones todas me han gustado, y ha sido curioso leer ciertas cosas, como este párrafo sobre la fragilidad de lo que llamamos "civilización" en estos momentos de incertidumbre y colapso que nos encontramos: 

"Children, there's this thing called civilisation. It's built of hopes and dreams. It's only an idea. It's not real. It's artificial. No one ever said it was real. It's not natural, no one ever said it was natural. It's built by the learning process; by trial and error. It breaks easily. No one ever said it couldn't fall to bits. And no one ever said it would last for ever."

O el fin del mundo, que si no existiera, habría que inventarlo

"Once upon a time people believed in the end of the world. Look in the old books: see how many times and on how many pretexts the end of the world has been prophesied and foreseen, calculated and imagined. But that, of course, was superstition. The world grew up. It didn't end. People threw off superstition as they threw off their parents. They said, Don't believe that old mumbo-jumbo. You can change the world, you can make it better. The heavens won't fall. it was true. For a little while - it didn't start so long ago, only a few generations ago - the world went through its revolutionary, progressive phase, and the world believed it would never end, it would go on getting better. But then the end of the world came back again, not as an idea or a belief but as something the world had fashioned for itself all the time it was growing up. Which only goes to show that if the end of the world didn't exist it would be necessary to invent it".

En su introducción, Swift habla de sus fases escribiendo la novela, todas comunes a la mayor parte de los escritores: desde la desesperación hasta la excitación máxima, cuando el escenario se le proyectaba con tantas posibilidades, en las que confiesa que creyó que "I could get away with anything", que podría salirse con la suya, hacer lo que quisiera, que nada le pasaría factura. Ahí es donde personalmente ha hecho aguas la novela para mí: incesto, descubrimiento del sexo, locura... en algunas partes en mi opinión se pone ridículo, y da rabia porque ese escenario de las marismas, la infancia y el misterio no necesitaba tanto oleaje . El barco no se ha hundido, pero a ratos, para mí ha ido a la deriva. Lo que no quita que haya pasado buenos ratos sumergida en esta lectura.

10 comentarios:

  1. Es verdad que esta novela no tiene la fuerza de El domingo de las madres. Aún así, y será porque yo la leí antes, me gustó bastante mientras la leía. Pero ahora que me pongo a escribir, apenas recuerdo nada más allá del paisaje, la vida enganchada a una esclusa, la sensación de que los personajes eran como el mar, algo que podría desbordarse en cualquier momento.
    Del domingo...sin embargo tengo recuerdos mucho más precisos y el otro día leyendo cómo Marsé pasea a su Pijoaparte por la villa de los padres de Teresa recordé a la protagonista paseando y tomando posesión de la mansión de su amante.
    Muxus

    ResponderEliminar
  2. MARISA, yo he pasado fases, por ej al principio me costó entrar, luego momentos q muy bien, cuando se va a los antepasados, pero luego fuí entrando y saliendo pq partes de la historia se me hacían rarunas, pero sin embargo el "ambiente" en el q te mete (lo q comentas de la vida enganchada a una esclusa por ej) es muy especial y como de cuento de hadas. Me ha encantado tu metáfora de "desbordarse"... rabia q no se me ha ocurrido a mí, pq me iban saliendo parecidas mientras escribía, pero no justo esta.

    TB me pasa como a ti, q del domingo, pese a haberlo leído en marzo, lo recuerdo mejor, con "Waterland" lo tengo como sumergido, pq hay tanta información y cambios temporales q se siento como si estuviera viéndolo bajo el agua. Como no he releído "Teresa" como tú no recuerdo esa escena, qué guay la comparación... cómo olvidar la de Jane DESNUDA por la biblioteca y demás de la mansión. Es una imagen tan poderosa, con su desnudez... de esa no creo q me olvide.

    muxus y más recomendaciones!

    di

    ResponderEliminar
  3. Llegué a The Mothering Sunday por vosotras y, como estaba aquí, en plena pandemia, sin acceso a bibliotecas ni nada parecido, me la bebí una noche de marzo (que no era la propia festividad, pero casi casi) en el Kindle y me encantó. He empezado (en castellano) "Mañana", también de Swift y me parece que no es su momento...

    Y lo de la curiosidad... ay, qué importante, sí, bienaventurados los curiosos.

    Gracias por tu "Leyendo", milady.

    ResponderEliminar
  4. CARMEN darling, spr te recordaré en aquella noche en blanco mientras el mundo naufragaba y tú leyendo... si esa no es la imagen de una persona CURIOSA, no sé cual es... :)

    "Mañana" -ya nos dirás. Y recomendad algo más (tb en castellano) para cuando termine "la recherche du temps perdú" (metafórico, véase siguiente línea)

    Y la sección "leyendo" va a estar en congelador un tiempo pq estoy leyendo a Thackeray, un ladrillo de 650 páginas...y voy por 250...

    besazos

    ResponderEliminar
  5. Dearest:

    Estás muy loca... pero sí, muy crepuscular todo.

    Sé que lo que voy a decir es tremendamente impopular, pero, salvo algunas excepciones (me acabo de terminar el "Poeta chileno" de Zambra y son 400 y pico, pero es ligero y tenía curiosidad), 250 páginas EN TOTAL es mi límite. Se acabó la era de los novelones (o los ensayazos, aunque esos se pueden leer a poquitos, normalmente). 250 is the limit, como el cielo...

    ¿Las quieres ya? En inglés voy a empezar "Late in the Day" de Tessa Hadley (porque lo saca ahora traducido Sexto Piso y no tengo la pasta para eso, pero sí para un bolsillo en inglés). Me ha gustado bastante "Amor intempestivo" de Rafael Reig y así, rollo historias familiares, West End de José Morella y Libro de familia, de Galder Reguera (son facilitos, además). Estoy releyendo La edad de la inocencia de la Wharton y releí Ronda de Guinardó a principios de agosto y me gustan muchísimo, y muchísimo más ahora que hace veintitantos años (de Ronda de Guinardó, directamente, no me enteré de nada). Y, hablando de intensidades (francesas), "Los naufragios del corazón", de Benoîte Groult, en Asteroide. Y tengo al retortero las memorias de Manuel Arroyo ("Pisando ceniza"), pero siendo cosa del mundillo editorial, igual te echan para atrás, "Conversación en Sicilia" de Vittorini, un ensayo de Mariano Peyrou sobre poesía contemporánea y varios poemarios (pero cada una tiene sus vicios...).

    ResponderEliminar
  6. Crepuscular... y mercurial (me gusta esta palabra).

    Lo de no leer nada q tenga >250 páginas no lo había oído nunca! NO puede ser! Miro mi librería y muuuuchos han sido largos. Este mismo (Waterland) ya tenía sus 490 en inglés, y en castellano apuesto q serán muchas más, spr lo son las traducciones. Ya he superado la 300 y aún no estoy en el ecuador! argh... y la letra es chiquitita.

    Y no he leído "The age of innocence"!!... cuando digo q mis lagunas son épicas...

    Mil gracias por tu lista, los voy mirando pq voy organizando un pedido para cuando termine el ladrillo. Los de castellano los voy a pedir en Antígona q me dice nuestro común escritor vetústico q me los enviarán...

    Gracias milady.. aprendo mucho

    di

    ResponderEliminar
  7. Olvido imperdonable: "Diario del asco", de Isabel Bono (su "Una casa en Bleturge" también). Yo sí que aprendo. Besos mil.

    ResponderEliminar
  8. UN título con fuerza, todo lo q tenga la palabra "asco"... no he leído-claro-nada de ella, lo busco. MIentras, siguiendo con la palabra, no sé si habrás oído hablar de "LOs asquerosos" q lo cogí en una librería solo por el título, leí allí como 2 páginas y me gustó el estilo así como cachondo... luego leí otro suyo (ni recuerdo el título) y... meh, normal... el estilo no me disgustó pero la historia se me hizo pesada, un perdedor de esos q le quieres dar dos tortas... ni hice divague ni me acuerdo del título...venga tú ganas, lo he buscado "Las ganas" se llamaba.... buf, qué pesadez al final el prota...

    ResponderEliminar
  9. Me gustó "Los asquerosos", sí, aunque me pasaron algunas cosas más o menos tontas:

    1. La parte de la vida en el pueblo y del retrato de los Mochufas se me hizo algo repetitiva. Es algo en lo que he pensado (no mucho) últimamente, después de ver un ratito de la serie de Berto Romero (un ratito porque no aguanté más de 10 minutos; esta temporada es sobre la vida de Suburbia, los hijos, las extraescolares, etcétera): puedes escribir (una novela, un poema, un guion) a partir del tópico, del lugar común, buscando la caricatura, lo grotesco. Pero incluso para eso, que desde el humor, parece relativamente fácil, hay que tener cuidado, hay que saber parar (o seguir). Con la parte de los invasores, me pareció que había cierta vuelta innecesaria.
    2. A cambio, todo el antes y el después y la llegada, esa especie de "vuelta a la naturaleza"... eso me gustó más.
    3. Y luego, por puras casualidades, le he escuchado bastante en la radio (en el A vivir y cosas por el estilo) y me daba la sensación de que, un poco, se había convertido a sí mismo en personaje y... también me daba algo de grima, no sé. De hecho, sacaron los de Blackie Books sus libros anteriores en bolsillo y ni me acerqué...

    Me pasó un poco con lo de Daniel Gascón y lo del "Hipster en la España vacía": me gusta el planteamiento, la self-deprecation, la ironía, el retrato exagerado, todo eso... pero el libro son 160 páginas porque no da para más. Si no, ya entras (y ya la bordea) en la repetición, incluso en el cliché sobre el cliché, no sé si me explico.

    Buen sábado, reina mora, un beso desde las casi montañas (Molinos-Ana debe estar rabiosa porque vuelve a hacer calor, incluso por las noches; a cambio, hoy me bañaré en la piscina todavía)

    Carmen

    ResponderEliminar
  10. CARMEN, parece q con Lorenzo tuvimos un proceso parecido.. sí, inicialmente sí, pero luego no tanto. Me hace gracia lo q dices q q "se ha convertido en su propio personaje"... sobre los vetústicos y la ironía y self-deprecation... ya lo hemos hablado otras veces, yo he abrazado este estilo, hasta ahora pensaba como influencia de lo anglosajón... y como reacción a algunas "intensidades" q me daban como verguenza ajena. Pero no siempre fui así (aunque spr me ha parecido q el humor es de lo más importante en la vida... estar sin reirse, cual es el punto?), esto es una moda? Pq algunas veces, cuando estoy verdaderamente enfadada, por ej con MIni (el más frecuente objetivo de mis enfados), ella me mira como "wow wow, entendido...", o sea, q aún está en un nivel más allá de la ironía q yo.. no sé si me explico. Creo q no. Total q no sé si la self-deprecation es simplemente una moda q se irá..

    Disfruta de las montanyas y la piscina kabrita moorqueen, aunque hoy no me quejaré, q hemos tenido sol...

    di

    ResponderEliminar

Comenten bajo su propio riesgo, sin moderación. Puede ser divertido.