Dicen que algunos van hoy en día a ciertos hoteles a buscar La Paz (no haré la broma añeja de Les Luthiers... bueno, sí, que no hay nadie: la Paz está en Bolivia!!) y les quitan el móvil y el portátil para meterse a una desintoxicación (detox) del mundo-conectado. Así pueden dedicarse a pasear, mirar los árboles, mirar a los pájaros, mirar a sus parejas, o incluso hacer aquello tan narcisista de "mirarse dentro de uno mismo". Esto me resulta grotesco, porque zambullirme una quincena en mi interior me da pavor. Mejor zambullirte en el Jónico, del que aún no mehe recuperado.
Esto lo empezaré a contar a partir de mañana- esperando que los divagantes estén si no de vacaciones, de detox de ese de las ondas, ya que siempre me siento algo culpable de estas extensas-y frecuentemente soporíferas, que no hipnóticas-crónicas, mis pequeños amagos de escritora de la Rough Guide (con la oscura esperanza de que algún día un editor me descubra, como hicieron con nosequé actriz en un restaurante, y me diga "nena, tú vales mucho, quieres dedicar el resto de tus días a viajar el mundo y escribirnos la guía?). Oh, sería TAN bonito.
Pero divago; no, peor: todavía estoy soñando, no he aterrizado. Porque tras la quincena griega comencé mi "adaptación al mundo real" con esta semana familiar en el levante espanis, al que llegué desde Kefalonia, y donde he dejado a Mini. Y resulta que esta semana he estado solo esporádicamente conectada, en concreto cuando le robaba wifi a un pobre hombre que tenía un café al lado de la piscina. O sea, he asistido a una "clínica de desintoxicación" (regentada por mis padres) con algún momento de recaída. Y he sobrevivido.
Ayer llegué de vuelta a Londinium, que me esperaba con sol y los parques llenos de gente. Su caos habitual de accidentes de ciclistas, un par de chicos turcos en el tren que me cuentan que es muy difícil ligar en su generacion "porque las chicas son todas gays", y la maleta por deshacer. Al abrirla, lo primero que sale es la botella de plástico tradicional de nuestras vacaciones de playa, esta vez con piedras blancas de Itaka. Y este póster a la derecha que vamos a enmarcar para.. tener a Itaka siempre en nuestra memoria.