Sesudo estudio sociológico -fallido, descubrimos al final- sobre la barba tras Gladwell

Las barbas han estado de moda. Nótese el tiempo verbal: han estado. O sea, ahora todos los seguidores de la moda aún la llevan, pero los que la pusieron en los caretos de todos, los trendsetters, esos ya están llevando otras cosas. El qué, no es el tema del divague: este no es un blog de tendencias, ese horror.

Hace unas semanas me uní a mi compa de piso a una especie de cocktail (tal vez daría para varios otros divagues: 1. qué hace una chica como Di en un lugar como este, 2. de lo que allí aconteció, 3. de la añoranza de los "trabajos forzados" cuando aún no llevas las copas suficientes, etc) en el cual había todo tipo de tipos humanos, tristemente predominando el espaniol ex-pat. Total que en un punto me vi desde fuera, como una actriz en mi escenario, departiendo con un abogado de bufete con solera sobre nosequé exposición (soy un camaleón, vosotros porque solo me conocéis con el palestino) y, oh, revelación: tengo un divague. Porque qué pinta ese tipo, de unos treintaymuchos, natural de Palencia pero educado ya en Madrid, con su trajecito y su canesú, gafas negras y voz nasal, con una barbaca de nazareno?

No. Que pare esta máquina: esa barba poblada no es para ti, las cosas como son y sin acritud. Los hipsters las pusieron de moda, y a ellos también les quedaban fatal. Yo sé a qué hombres les queda bien una barba (oh, Vigo, paso adelante), y si estáis en la duda y me queréis envíar una foto, gratuítamente y por el afecto que siento por  lectores de este divlog os abriré los ojos. Con la honestidad brutal necesaria os diré: dejadlo. O, si sois Vigo, os diré, ven, y lo dejáis todo.

Y como muestra de que no soy aversa al tema (es más, fan total en los escasos ejemplos que favorece), un botón. Está mal que yo lo diga -pero aún así lo haré- al hombre que mejor le queda la barba que conozco (junto a Vigo) es a mi compañero de piso: el Pedalista (no es que quiera que baje la basura, es desinteresado, soy Maven-sigan leyendo). El Peda es un barbudo vocacional: desde peque decía que de mayor quería llevar "barbaz y bigotez" (como el tío Abel) y la tiene entre rubia-pelirroja-blanca y fuerte, uniforme,  nada de cuatro tristes pelos. Además es muy limpio, pese a apenas gastarnos agua caliente, y buen pagador (soy Persuader? sigan leyendo). Sé que le quieren alquilar una habitación YA, pero aquí lo han de querer por la barba, que se descentran.

Pero divago: volviendo al tema, hace otras semanas terminé "The tipping point" (2000) de Malcolm Gladwell, y me hizo pensar en las barbas. Gladwell habla de cómo se pone de moda una idea, un comportamiento. El lo llama "social epidemics" (epidemia social), y sostiene que sigue unos patrones de transmisión muy parecidos a cómo se propaga una infección vírica, por ejemplo. O sea, el virus de la barba comenzó cómo, dónde, por qué?

Según Gladwell,  este tipo de modas comienzan con un grupo muy pequenio de gente a los que se les ocurre llevar o hacer algo: estos son los "innovadores". Los innovadores son los primeros que deciden ponerse una barba. Pero ellos solos no tienen nada que hacer... para que una moda, comportamiento o idea se transmitan, para que acaben todos llevando barba, se necesita de otros jugadores esenciales:

=Los Connectors: Estos son un grupo de gente que conocen a mucha gente. Conocen a todo el mundo. Todos conocemos a un conector. Es ese amigo al que le puedes preguntar por un fontanero, o si conoce a alguien que haya estado en Vancouver, y no falla. Tienen un instinto natural para hacer conocidos, y tienen muchos, con una "conexión débil", sin llegar a la amistad profunda. Y cuando más cerca una idea o producto cae de un Connector, más poderosa y potencialmente influyente será. 

Más Vigo, no porque sea un Connector, sino porque sí

=Los Connectors, "especialistas en gente" distrubuyen la información, pero los que la encuentran son los Mavens, "especialista en información" (la palabra viene del Yiddish "el que acumula conocimiento"). Hay gente a la que vamos cuando queremos algún tipo de información. Por ejemplo, JAL es nuestro Maven de informática en casa. Hay gente a la que sé que puedo preguntar de cine, o de literatura. O de viajes. Y los Mavens quieren compartir esa información simplemente porque sí, no por algo a cambio; quieren ayudar. Me encantan los Mavens. No intentan persuadir.

=Pero para que una epidemia social empiece, alguien va a tener que intentar persuadir, los Persuaders. Son los vendedores que nos convencerán cuando estemos dudosos. Un buen Persuader hace más con lo que no dice, con los gestos, con los entre líneas, que con su elocuencia. Yo tengo una reticencia natural a los vendedores, y siempre digo que no valdría para serlo, pero mi compa de piso dice que todos vendemos algo.

Esta es la "Ley de los pocos" (Law of the few), que explica cómo se inicia una epidemia social. La verdad es que he empezado con las barbas, y no sé dónde voy porque puedo ver a los innovators, esos críos cool de Dalston que se dejan cuatro pelos, pero no sé qué papel juegan aquí los Connectors, quién es el Maven de la barba (para que hace falta tener esa info) y quién te va a persuadir de que te dejes una (el gremio de barberos no, esta claro). Así que, oigan, al final del divague veo que igual he de cambiar de ejemplo, pero qué narices: es tarde, y además convendrán que no voy a quitar a Vigo. 

Y quiero seguir hablando de Gladwell, porque a la Ley de los Pocos le sigue el "Factor pegajoso" (una idea se transmite, pero qué hace que se quede? La FORMA es más importante aquí que el fondo-como suele ser). Y luego viene el otro capítulo fascinante (o para mí revelación) del "Factor Contexto". Pero esto para otro divague.