Cuando vuelvo a Vetusta siempre me pasa lo mismo: paseo por sus calles y me cruzo con infinitas caras del pasado. Mira, ese estudiaba conmigo, aquella era prima de tal, hui qué bigote, ay qué calva, oi, qué carrito gemelar... aunque en su mayoría no recuerdo, me suenan vagamente y no sé de dónde. Da miedo ver cómo algunos han cambiado, a ver, let´s face it, envejecido, y como muchos parece que se toman muy en serio a sí mismos (entono mea culpa por lo primero, pero no lo segundo). Es lo que tiene una ciudad medieval, digo mediana: supongo que si vives en ella acabas todo el día saludando (agotador, eso es una jornada laboral de por sí). Pero es que hasta en Londinium te encuentras a gente, no vayamos de divas, y si es totalmente fuera de contexto, hace una ilu!
A veces me he quedado mirando a alguien un nanosegundo más allá de lo socialmente correcto (disociando, que dirían los pros), el equivalente a un ordenador que está cargando una página, intentando localizar. Si me pillan, siempre sonrío y paso de largo. Esto es muy inglés: siempre me chocó al llegar a la isla como las ancianitas venerables (las misma que ponen cianuro espumoso a sus maridos en la casita de la campiña tras una Navidades todas contención y amabilidad) te sonreían por la calle mientras empujaban su andador. En Londinium pasa menos, pero aún ocurren sonrisas en la parada del bus, sobre todo con las entrañables middle classes (el Peda dice que a él no le pasa, hombress!). Sin embargo, en Vetusta, sonreír a un desconocido descoloca, y si va agarrado de su mujer, presiento que te puedes ganar un paraguazo. Ya hablé una vez del "talante" vestustiano: dicen que la orografía nos marca, y ese viento imprime todo menos dulzura en el carácter, aunque también una campechanez que a ratos dan ganas de embrace (que viene a ser casi abrazar, pero no del todo).
Ah, olvidé lo del viento (totalmente Brassens en Vetusta) que aterrizando el otro día nos dió la bienvenida. No se puede enviar a un piloto cualquiera a volar a esta ciudad, oiga. Hacen falta muchas tablas para sostener el avión con esos bandazos que hicieron gritar a la mitad del pasaje, lleno de Becas Orgasmus aún con acné (cómo son los universitarios tan pequeños? yo que en mi mente aún soy una de ellos, Peter Pan complex) y alguna familia como nosotros, que ha resistido y sigue allí tras el par de años de becaorgasmus/aprender inglés/master de rigor.
Pero divago. Yo venía aquí a escribir sobre el completo reverso de "su cara me suena y no sé de donde", que ocurrió el Saturday Night (fever): "su cara no me suena pero sé qué música le gusta, cómo se llama su madre y de qué pie cojea". Porque esto viene a ser el mundo del bloguerío. Un par de emails y, de repente, te encuentras en una de esas situaciones en las que has de identificar a alguien en un bar por lo que les has leído en los pasados dos años (dos años! oh-my-god). Como punto de partida inicial solo tienes la edad, el género (sí, el género, basta!) y los prejuicios: "piensa así luego su fachada será asá". De esta manera, No y Di se lanzaron, a la identificación de la especie "bloguerus apasamontañatus", azorando en el proceso a la población masculina del local. La cosa iba más allá que las sonrisas de unos párrafos más arriba, eran barridos en toda regla. Serán esos? Estos no, seguro (hablo de la pareja de como mucho treintañeros con corbatitas a lo Pulp Fiction, todos peinaditos con su camisita y su canesú, que se nos pusieron a hacer ojitos, para escarnio y cachondeo del resto de nuestro grupo). Cuando la mofa era ya un clamor, se hizo evidente que había que pasar a la acción, así que ahí me tenéis, espetando al primer posible:
-Eres Viveiró?
-Qué?
-Viveiró? Estooo.. nada, perdona.
Algo así como mi confusión en México con Tonino, pero este fue menos desagradable. Segundo intento. Tenías que haber esperado unos minutos, Di, eres impulsiva: ahí lo tienes, con la camiseta del Instituto Cervantes, esa con una @ tamaño natural. Eres Viveiró, esta vez aserción, sin interrogante, y él, sí, y mira este es Txelos y este el amigo NHG. Y mi disco duro cargando toda las letras y las entrelíneas en esas caras mientras pretendo que es un encuentro normal.
Hay gente que se cree infalible en las primeras impresiones, no soy una de ellas. Claro que, quién llamaría a esto una primera impresión.
A veces me he quedado mirando a alguien un nanosegundo más allá de lo socialmente correcto (disociando, que dirían los pros), el equivalente a un ordenador que está cargando una página, intentando localizar. Si me pillan, siempre sonrío y paso de largo. Esto es muy inglés: siempre me chocó al llegar a la isla como las ancianitas venerables (las misma que ponen cianuro espumoso a sus maridos en la casita de la campiña tras una Navidades todas contención y amabilidad) te sonreían por la calle mientras empujaban su andador. En Londinium pasa menos, pero aún ocurren sonrisas en la parada del bus, sobre todo con las entrañables middle classes (el Peda dice que a él no le pasa, hombress!). Sin embargo, en Vetusta, sonreír a un desconocido descoloca, y si va agarrado de su mujer, presiento que te puedes ganar un paraguazo. Ya hablé una vez del "talante" vestustiano: dicen que la orografía nos marca, y ese viento imprime todo menos dulzura en el carácter, aunque también una campechanez que a ratos dan ganas de embrace (que viene a ser casi abrazar, pero no del todo).
Ah, olvidé lo del viento (totalmente Brassens en Vetusta) que aterrizando el otro día nos dió la bienvenida. No se puede enviar a un piloto cualquiera a volar a esta ciudad, oiga. Hacen falta muchas tablas para sostener el avión con esos bandazos que hicieron gritar a la mitad del pasaje, lleno de Becas Orgasmus aún con acné (cómo son los universitarios tan pequeños? yo que en mi mente aún soy una de ellos, Peter Pan complex) y alguna familia como nosotros, que ha resistido y sigue allí tras el par de años de becaorgasmus/aprender inglés/master de rigor.
Pero divago. Yo venía aquí a escribir sobre el completo reverso de "su cara me suena y no sé de donde", que ocurrió el Saturday Night (fever): "su cara no me suena pero sé qué música le gusta, cómo se llama su madre y de qué pie cojea". Porque esto viene a ser el mundo del bloguerío. Un par de emails y, de repente, te encuentras en una de esas situaciones en las que has de identificar a alguien en un bar por lo que les has leído en los pasados dos años (dos años! oh-my-god). Como punto de partida inicial solo tienes la edad, el género (sí, el género, basta!) y los prejuicios: "piensa así luego su fachada será asá". De esta manera, No y Di se lanzaron, a la identificación de la especie "bloguerus apasamontañatus", azorando en el proceso a la población masculina del local. La cosa iba más allá que las sonrisas de unos párrafos más arriba, eran barridos en toda regla. Serán esos? Estos no, seguro (hablo de la pareja de como mucho treintañeros con corbatitas a lo Pulp Fiction, todos peinaditos con su camisita y su canesú, que se nos pusieron a hacer ojitos, para escarnio y cachondeo del resto de nuestro grupo). Cuando la mofa era ya un clamor, se hizo evidente que había que pasar a la acción, así que ahí me tenéis, espetando al primer posible:
-Eres Viveiró?
-Qué?
-Viveiró? Estooo.. nada, perdona.
Algo así como mi confusión en México con Tonino, pero este fue menos desagradable. Segundo intento. Tenías que haber esperado unos minutos, Di, eres impulsiva: ahí lo tienes, con la camiseta del Instituto Cervantes, esa con una @ tamaño natural. Eres Viveiró, esta vez aserción, sin interrogante, y él, sí, y mira este es Txelos y este el amigo NHG. Y mi disco duro cargando toda las letras y las entrelíneas en esas caras mientras pretendo que es un encuentro normal.
Hay gente que se cree infalible en las primeras impresiones, no soy una de ellas. Claro que, quién llamaría a esto una primera impresión.
Y solo nos vas a contar esto del encuentro? exijo más, muuucho más!!
ResponderEliminar¿Una camiseta con una @gigante??
ResponderEliminarViveiro qué grande eres....
EDCD debe estar todavia hiperventilando de los nervios...
seguimiento...
ResponderEliminarAl final has sido tu Di la que te has lanzado a la piscina!! jajaja yo iba a escribir hoy uno sobre el encuentro sabadistico, viendo que la persona objeto de esa encerrona (si, el Chico de la Consuelo) no dice ni mu... (y eso que es él muy mediático cuando quiere..;).
ResponderEliminar"Idea-putada" surgida de la cabeza de Viveiró, que como buen amigo no podía dejar pasar una oportunidad como ésta. A través de emails Viveiró-No, No-Viveiró logramos los cuatro explosionar en el mismo sitio (y el único que no tenía ni idea de nada era ECDLC).
Tengo que decir, que a mi el encuentro me gusto!!! y que los preliminares fueron absolutamente excitantes y divertidos = esto de no tener ni repajolera idea de como serán (solo algunas pinceladas leidas) y elucubrar en cada grupito si son o no son moló, como me reí...
Decir que nosotras (y nuestro grupo) llegamos al bar como una hora y pico antes...asi que imaginaros la labor tipo "Johnny English" que hicimos Di, la Fashion y una servidora...
Encuentro en la cumbre en Vetusta.
ResponderEliminarNo sabía que fuera un lugar tan territorial, casi como el Wild Far West, donde si una mujer mira al hombre de otra puede estallar un duelo.
Que Texelo's fuera el única que estaba in albis, y le pillara de sopetón, es una venganza justa por las canciones que canta a los amigos, entre ellos el abnegado Viveiró.
Y qué bueno, Viveir@, con una camiseta así nadie sabe si eres chico o chica.
El final de la noche, lo puedo imaginar: Texlo's subido a una silla cantando el repertorio de Antonio y Ana, incluido Los Cocodrilos, donde No y Dirocks hicieron de danzarinas.
Inigualable.
No sé como será en Vetusta, pero en Ávila salir con mis padres de paseo (médico y profesora) es estar parando cada minuto saludando a personas.
ResponderEliminarYo también quiero saber más sobre ese encuentro de blogueros ilustres!
Vaya, ND, pues en Ávila, en lo más crudo del crudo invierno, pararse a charlar en cada esquina debe ser una experiencia fastuosa.
ResponderEliminarBueno, NáN, fresco hace, sí, pero los de allí están acostumbrados. Yo ya poco. Cada vez soy más friolero, pero el calor sigo sin llevarlo bien...
ResponderEliminarNight night,
ResponderEliminarANI, tú pregunta y se te contestará, pero creo q Txelos colgará su versión de las cosas una noche de estas... como ha contado NO, esto fue una inocentada preparada a traición por esos seres sin escrúpulos conocidos en la www como No y VIVEIRÓ, yo no tengo móvil con emails así q fuí como el corderito de norit, y Txelos el q se quedó a cuadros.
MO, bueno, camiseta con la @ gigante pero de Polo Ralph Lauren eh? q si no aclaro se me mosquea... Txelos no hiperventiló nada pq yo llevo siempre un inyectable de haloperidol en el bolso q hace maravillas.
NO, guapa, gracias por ser mi primera Santa Klaus! Eres un curasao.
NAN, Txelos no cantó nada pq es un chico moderado a la antigua de esos q creen q en la primera cita no. Creo q en la siguiente (cuando espero q estés) ya estará ready.
ND, el frío q hacía en Vetusta el sábado era tipo avilés. Como yo tb soy friolera, sugiero q la siguiente quedada macrobloguera se haga en zonas más meridionales.
Os mando muxus
di
¡¡¡De nada Di!!!! (es que lo llevo en el nombre...jejeje)
ResponderEliminarMuak!!
Me parece tope fatal que lo dejes ahí ... ¿vas a contar cosas suculentas del encuentro, o no?
ResponderEliminarPorfaaaaaaa...
NO, no había caído, Gallagher...:)
ResponderEliminarSALAMANDRA, recién sale Txelos de su estado sopor tras el ansiolítico, él os cuenta.
TXELOS; lo del Haloperidol viene a ser una hipérbole, algo "mu fuerte" q ya no se usa... por eso no recuerdas nada :) ha ha ha (Maléfica)