Por el título se adivina que no me gustó. Es cierto. No le vi nada especial. Quizá como decía ayer mi cobloguera no era mi "momento caja negra", quizá no lo leí prestándole la atención que debía, quizá lo deje y lo cogí en demasiadas ocasiones, quizá lo había sobrevalorado, quizá... no valga la pena seguir leyendo.
Están avisados.
Para empezar, tuve que comenzar a leerlo como 3 veces antes de aclararme de quién era quién y qué coño le decía uno al otro. No es que me molesten las epístolas famosas, es que al principio escriben todos y me costó hacerme un esquema de la situación (no doy para más).
En cuanto a los protagonistas, el personaje de Iliana me recuerda al de Belén Esteban: casada con otro (secundón) y siempre dando la vara para sacar pasta al primero, para lo cual no duda en recurrir a chantajes emocionales, juicios de valor y lo que sea. Sólo le falta un ¿mentiendes?. De entrada es una angustias, muy plasta, que ha tenido mala suerte y en dándose cuenta de ello, se acuerda de su ex y lo exprime. Bien es cierto que al final del libro se redime un poco cuidando a su ex a pesar de todo y pasando del insípido de su actual marido Michael.
Alex, el ex marido de la anterior, es un Señor con mayúsculas: sensato, sabe escribir y no entra al trapo. Además de cornudo, apaleado. Ha pasado de ser el marido del gusto a convertirse en el marido del gasto. Estoy de acuerdo con Di, en que gana por goleada en las cartitas. El pobre cede a los chantajes de su ex por el hijo que tienen en común (Boaz) y por lo poco que le queda de vida. No se le puede juzgar. Todo ello a pesar de las advertencias de su abogado, que es el único que tiene un poco de sentido común. Me cae bien. Hizo que sonriera en alguna ocasión.
Boaz, el hijo de la pareja, es un "soy rebelde porque el mundo me ha hecho asi", al que le gusta lo simple, vivir al día, echar la culpa de lo que le ocurre a su madre, un si me apetece te atizo y paso de trabajar que me canso. Al final del libro encuentra su lugar, volviendo a sus orígenes, restaurando su pasado y viviendo en plan comuna hippy.
Michael Sommo, el actual marido de Iliana, además de no tener ni un duro (es el del gusto), lo poco que tiene lo destina a causas religiosas. ¡Hay que joderse! La mujer pidiendo y él, como para otra cosa no vale, para lo que vale, ¡dale! Todo el libro yendo de digno... que cansino. Es un pelele con demasiado pundonor. Al final se le pasa tanto remilgamiento y acaba conviviendo con todos en la comuna hippy y mirando a las estrellas.
Totalmente de acuerdo, pero no encontraba el momento de decirlo.
ResponderEliminarEn cualquier caso, me gusta Amos Oz en otras novelas.
Beatriz
Hola Beatriz,
ResponderEliminarWellcome al divague.
No he leído nada más de Amos, quizá lo haga. Todavía tengo muchos otros pendientes.
Yo creo que cualquier parecido entre una Iliana, con una capacidad de expresión verbal certera, variada y amplísima, y esa señora a la que mentas, es menos todavía que pura coincidencia.
ResponderEliminarNáN, de acueeeeerdo, estaba exagerando. No se pueden comparar en cuanto a capacidad verbal pero si en cuanto a la utilización de su hijo/a para sacar pasta.
ResponderEliminarDiva, me parece interesante nuestra diferente visión de BOaz.. es la diferencia entre dos maneras de ver la vida, el cosmos, las relaciones, la política?
ResponderEliminar"Boaz, el hijo de la pareja, es un "soy rebelde porque el mundo me ha hecho asi", al que le gusta lo simple, vivir al día, echar la culpa de lo que le ocurre a su madre, un si me apetece te atizo y paso de trabajar que me canso".
Para mí Boaz es claramente el producto de unos padres q pasan. Pq el mundo si que nos ha hecho así. Claro q hay cosas con las quno nace, pero si a un tío le das indiferencia, te la devolvera corregida y aumentada. Si le das tortas, lo mismo. Bueno, ya lo conte ayer!
Di,
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en parte con lo que dices, pero por qué supones que su madre pasó de él. En el libro sólo queda constancia de que su padre no lo conocía, pero vivió siempre con su madre (a la que no traga y trata de puta por haberse vuelto a casar). Es así, ¿no?
La madre estaba demasiado ocupada follándose al batallón y con sus intentos de suicidio como para estar para su hijo. Oz le pone voz literaria, pero sus acciones e histrionismo sugieren a cualquier aficionado a la sicología rasgos propios de un trastorno de la personalidad límite. Son gente de difícil convivencia.
ResponderEliminarNo lo he leído.
ResponderEliminarY viendo lo que dices se me quitan las ganas.
Besos.
Hola Toro,
ResponderEliminarNo creas, a lo mejor te gusta. He de reconocer que está bien escrito, pero la historia no me atrapó en absoluto.
Los hijos suelen ser productos directos del esfuerzo y dedicación de los padres: a Boaz lo dejaron en un kibbutz cuando sus padres se separaron.
ResponderEliminarEs más, el Boaz del final del libro no es nada creíble, lo normal, lo natural, es el personaje que se describe al principio.
El personaje de Iliana está muy bien descrito a través de sus cartas y tú lo resumes bien, a tu manera: pone de los nervios. Pero no es un personaje simple ni simplista. Es bastante complejo y el autor da a entender con ello las causas de esas relaciones difíciles, con su ex, con su marido, con su hijo, con su hermana.