Parece mentira que escriba este título el último día de vacaciones. Pero es que éste ha sido un día de findevacaciones como no recuerdo haber tenido nunca, ya que siempre apuramos hasta el último momento, y este día se pasa viajando, con maletas, cansancio y, al llegar, montanias de correo y colada por hacer. Y al día siguiente, al trabajo a las 9 am. Esta vez, oh sensatez!: llegamos anoche y hoy ha sido un día... ahhhh (noto un ataque de Antonita la Fantástica que parte de un punto indeterminado tras el esternón: avisados).
Para empezar, esta maniana no ha sonado el despertador, todo un detalle. En su lugar, he estado a punto de perecer víctima de los efluvios (excesivamente) perfumados del Pedalista que me ha venido a desear los buenos días, lleno de energía: ya había corrido y se iba a currar. Ah, los deportistas! Gente joven. A los nanosegundos, la hija, que ha pillado el punto de meterse en nuestra cama por las manianas. Desayuno juntas, largo y tranquilas (es un decir, mientras haya colacao que quiere echarse "sola" a la "letxecalienteconcolacaocaliente"). De fondo (no todo podía ser perfecto) centrifugando una colada (cuánto odio esa labor, por no hablar de tenderla). Ducha larga, tranquila, y rituales todos largos y tranquilos. Tender la colada, con música. No me afecta (no me afecta no me afecta).
Hace un día primaveral en Londinium: ello quiere decir que se ha abierto la veda y me pongo mi "abrigo dramático". Tengo un abrigo precioso, que compré en unas rebajas al 50%, impactante, de una tela que da apariencia de seda dura, un abrigo por el que me han parado por la calle alguna vez a preguntar de dónde venía. Su único pequeño problema es -y para un abrigo lo es-, que no abriga. Así que hoy era el día ideal, y cuando llevo este abrigo me siento super Antoñita.
Mini y yo hemos atravesado el parque con su patinete, hacía algo de sol (no aplastante, no he tenido que sacar las gafas, gracias, no hurguen en la herida) y hemos tomado un bus medio vacío hacia la guarde. Vacío porque eran ya las 11:30... ahhh. Los críos de la guarde ya estaban terminando de comer... ahí he abandonado a Mini y me he lanzado a La City, en la primera fila de la parte superior de un bus, leyendo un ensayo literario sobre las novelistas victorianas-algún día caerá un divague ya que en Brujas terminé "Wide Sargasso Sea" (Jean Rhys, 1965), y así podré soltarme el pelo y divagar sobre Charlotte Bronte, y el cabreo enorme de Jane Eyre, feminista sin saberlo.
Me he bajado al pasar el London Bridge y he caminado hasta unas tiendas porque tenía que urgentemente hacerme con unos pantalones-con los que, incidentalmente, no me he hecho. Pero el verdadero motivo era acercarme hasta la City, donde el Pedalista sí que estaba trabajando, y comer juntos. Se nos han unido Oso-el hombre excesos, de cuya paleta gastronómica ya hablé tras un finde de desenfreno sibarita en Agosto-y Pepe, y nos hemos comido un filete con diversos acompañamientos y tomado un té en otro sitio y, cuando todos han vuelto a trabajar (ahhh, se lee entre líneas mi sadismo sin límites?) yo me he encaminado al Museum of London donde había una exposición fotográfica sobre “Street photography”, que, como era de esperar, me ha gustado. Habla de la historia de la fotografía en este campo: de cómo al principio no se tenían los medios para que la cámara disparase para captar movimiento, y de su desarrollo. Había un documental en el que fotógrafos de la calle contaban sus experiencias, lo que es la fotografía para ellos, y todas esas cosas que me hacen replantearme mi vida tal y como está ahora. Si algún alma cándida me pagara por divagar y hacer fotos!
Luego salgo de la oscuridad de la sala a la calle y aún es de día, y estoy en medio de la ciudad, y la gente caminavuela, y tú sientes que el día está resultando genial, porque aún es día, valga la redundancia y sobre todo por el hecho de no haber conectado la blackberry en absoluto (anoche, recién llegados me dio por abrirla y, oh, más de 150 emails de los que habrá que desbrozar el polvo y la paja mañana, establecer cuales son de actuar ya o ayer, cuales son info, cuales son estúpidos “reply to all” y un text con un “Di, estás en el trabajo hoy?-refiriéndose al lunes. NO. PASO).
Así que tras entrar en otra tienda y no comprar nada, me he lanzado en otro bus, donde, entre páginas, me he pintado los labios (en el espejo de cualquier fotografía) por segunda vez: por la mañana ha sido para el padre, y ahora es para la hija. Mini se fija mucho en mis labios pintados, los mira y dice “labios”, y pone un dedito sobre ellos, y sonríe como picaruela, como si supiera que no debe. Cuando llego a la guarde está disputando un bolso de disfraz con otra niña que lo está metiendo a un microondas. La guarde del absurdo, o son todas así?
El highlight de la evening, que no ha sido muy diferente de cualquier otra evening, es que por azar hemos descubierto una versión de una canción a lo ranchera con la que nos hemos divertido un buen rato.
Shhhh ahora es de noche y nos espera... Chinatown.
Welcome to Londinium.
Para empezar, esta maniana no ha sonado el despertador, todo un detalle. En su lugar, he estado a punto de perecer víctima de los efluvios (excesivamente) perfumados del Pedalista que me ha venido a desear los buenos días, lleno de energía: ya había corrido y se iba a currar. Ah, los deportistas! Gente joven. A los nanosegundos, la hija, que ha pillado el punto de meterse en nuestra cama por las manianas. Desayuno juntas, largo y tranquilas (es un decir, mientras haya colacao que quiere echarse "sola" a la "letxecalienteconcolacaocaliente"). De fondo (no todo podía ser perfecto) centrifugando una colada (cuánto odio esa labor, por no hablar de tenderla). Ducha larga, tranquila, y rituales todos largos y tranquilos. Tender la colada, con música. No me afecta (no me afecta no me afecta).
Hace un día primaveral en Londinium: ello quiere decir que se ha abierto la veda y me pongo mi "abrigo dramático". Tengo un abrigo precioso, que compré en unas rebajas al 50%, impactante, de una tela que da apariencia de seda dura, un abrigo por el que me han parado por la calle alguna vez a preguntar de dónde venía. Su único pequeño problema es -y para un abrigo lo es-, que no abriga. Así que hoy era el día ideal, y cuando llevo este abrigo me siento super Antoñita.
Mini y yo hemos atravesado el parque con su patinete, hacía algo de sol (no aplastante, no he tenido que sacar las gafas, gracias, no hurguen en la herida) y hemos tomado un bus medio vacío hacia la guarde. Vacío porque eran ya las 11:30... ahhh. Los críos de la guarde ya estaban terminando de comer... ahí he abandonado a Mini y me he lanzado a La City, en la primera fila de la parte superior de un bus, leyendo un ensayo literario sobre las novelistas victorianas-algún día caerá un divague ya que en Brujas terminé "Wide Sargasso Sea" (Jean Rhys, 1965), y así podré soltarme el pelo y divagar sobre Charlotte Bronte, y el cabreo enorme de Jane Eyre, feminista sin saberlo.
Me he bajado al pasar el London Bridge y he caminado hasta unas tiendas porque tenía que urgentemente hacerme con unos pantalones-con los que, incidentalmente, no me he hecho. Pero el verdadero motivo era acercarme hasta la City, donde el Pedalista sí que estaba trabajando, y comer juntos. Se nos han unido Oso-el hombre excesos, de cuya paleta gastronómica ya hablé tras un finde de desenfreno sibarita en Agosto-y Pepe, y nos hemos comido un filete con diversos acompañamientos y tomado un té en otro sitio y, cuando todos han vuelto a trabajar (ahhh, se lee entre líneas mi sadismo sin límites?) yo me he encaminado al Museum of London donde había una exposición fotográfica sobre “Street photography”, que, como era de esperar, me ha gustado. Habla de la historia de la fotografía en este campo: de cómo al principio no se tenían los medios para que la cámara disparase para captar movimiento, y de su desarrollo. Había un documental en el que fotógrafos de la calle contaban sus experiencias, lo que es la fotografía para ellos, y todas esas cosas que me hacen replantearme mi vida tal y como está ahora. Si algún alma cándida me pagara por divagar y hacer fotos!
Luego salgo de la oscuridad de la sala a la calle y aún es de día, y estoy en medio de la ciudad, y la gente caminavuela, y tú sientes que el día está resultando genial, porque aún es día, valga la redundancia y sobre todo por el hecho de no haber conectado la blackberry en absoluto (anoche, recién llegados me dio por abrirla y, oh, más de 150 emails de los que habrá que desbrozar el polvo y la paja mañana, establecer cuales son de actuar ya o ayer, cuales son info, cuales son estúpidos “reply to all” y un text con un “Di, estás en el trabajo hoy?-refiriéndose al lunes. NO. PASO).
Así que tras entrar en otra tienda y no comprar nada, me he lanzado en otro bus, donde, entre páginas, me he pintado los labios (en el espejo de cualquier fotografía) por segunda vez: por la mañana ha sido para el padre, y ahora es para la hija. Mini se fija mucho en mis labios pintados, los mira y dice “labios”, y pone un dedito sobre ellos, y sonríe como picaruela, como si supiera que no debe. Cuando llego a la guarde está disputando un bolso de disfraz con otra niña que lo está metiendo a un microondas. La guarde del absurdo, o son todas así?
El highlight de la evening, que no ha sido muy diferente de cualquier otra evening, es que por azar hemos descubierto una versión de una canción a lo ranchera con la que nos hemos divertido un buen rato.
Shhhh ahora es de noche y nos espera... Chinatown.
Welcome to Londinium.
Nada, que la canción no suena. Te larga un anuncio de Vodafone y se para. Nada es perfecto.
ResponderEliminarQué pillina, reservarte un día de vacaciones para ti sola. Al menos, a Mini le has concedido mediodía.
Creo que es un post muy necesario, de una serie a la que podrías titular "A Londinium of One's Own". ¿No te parece una buena idea?
Y bueno, pues esta es la mejor canción de bienvenida que conozco.
Oh benvinguts, passeu, passeu
Así me gusta que tararees la última estrofa de Dylan mientras te ries como un sábado.
ResponderEliminarTener un dia de vacaciones entre semana cuando los demás trabajan es una de las cosas más impresionantes!!!
Como admiro a la gente que hace deporte antes de ir a trabajar yo que no me enchufo hasta media mañana me parece increible!!!
PS-. De verdad te has caragado al personaje de Diva??? ...a mi me caia simpático.
Venga updatate bloguerilmente y bienvenida.
Hola NAN, TXELOS y si hay-alguien-ahíííí! (como en el chiste)
ResponderEliminarQue desconexión de todo, ya dices bien TXELOS con lo de ponerme al día con la blogosfera… resulta extraño eso de irte y no mirar emails ni nada y de repente todo parece distante y soñado (aunque el Peda llamó mi atención sobre dos establecimientos, casualidades: uno llamado Nano y otro EDC!). Hubo un finde largo una vez en Vetusta en el q seguí mirando mails del curro y fue como si no me hubiera ido… lo de la blogos es raro, totalmente como un sueño, como si no existieseis, aunque ya se q Nan opina diferente, pero de alguna manera, para mí es distinto. Bueno, como espero que en Mayo nos veamos los caretos por los madriles tal vez eso cambie…
“A Londinium of One’s Own” suena muy bien, gracias por la idea. La verdad es q el post q escribí a todo correr anoche era exactamente eso: necesario, por lo menos para intentar atrapar el momento, o lo q había sido la magia un tanto repelente del día (mientras lo escribía, no me gustaba nada la Antonita q me estaba quedando, spr me caigo mal Antonita, cuando luego releo sobre pantalla, pero a ratos me siento así). Y decir q la canción q le he pegado a Txelos con este divague define muy bien mi estado de ánimo de ayer, y también el Lou Reed q da título al post y tb la q no he logrado enlazar, NAN, pero q si la gugleas (Quiero q me quieras, cantada por Gael Garcia Bernal), una ranchera muy diver q me recuerda también a ella, Txelos. Sólo puedo decir q no tiene apendicitis….:)
Tengo muchísimas ganas de escribir. Sobre todo sobre el libro q he leído de viaje (q he devorado), recomendado por NO, y q me ha recordado cuánto admiro a Luis Landero y cuánto tengo q aprender…
Hoy hace sol de gafas de sol en Londinium… es casi un perfect day…
Musho muxu
di
Lo cierto es que se os echa de menos, sí. A las dos.
ResponderEliminarGracias Teresa... todos echamos mucho de menos a Diva.
ResponderEliminarOoooooh!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTe has pintado los labios en el espejo de cualquier fotografia...¿tenias las piernas morenas?
Yo también creo que deberias dejar salir a Mr Hyde digo Diva...
Aunque no sea fácil conducir desde un caballo 50.000 reses, introducirlas en una flota de 15 cargueros y desembarcarlas en España, me parece, Diva, que ya has tenido tiempo suficiente.
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