A mediados de diciembre terminé la novela apocalíptica de Cormac McCarthy "The Road" ("La carretera"). Un padre y su hijo pequeño caminan sobre un planeta tierra arrasado por una catástrofe, y en su camino encuentran imágenes atroces, situaciones límite y tal vez a ellos mismos. Y lo de las imágenes atroces no es mío: ya en al contraportada avisan que "algunas de las imágenes de esta novela estarán contigo para siempre". No podría yo haberlo descrito mejor.
Tras terminar el libro, vi la película de John Hillcoat y, aunque esto ya lo sabía, me dio la oportunidad de pensarlo de nuevo: mi mente había construído un paisaje mucho más helado, unas ropas mucho más fantasmagóricas, unas casas increíblemente más de pesadilla. Todo era más sobrecogedor en mis lecturas que en la pantalla, precisamente por lo que tiene de menos definido, de nebuloso, de tuyo.
La peli, igual que el libro, refleja ese mundo de la ciencia ficción del pasado, pero con ambos sufrí un proceso nuevo: ya nada me parecía tan ciencia ficción. Era una sensación llena de ansiedad, pensar que en los últims 15-20 años las cosas han cambiado de tal manera que imaginar la faz de la tierra quemada no es potencialmente sólo fantasía. Llámese calentamiento global, guerra, o se-nos-ha-ido-de-las-manos. Todo, al leer a McCarthy, te parece factible. Y asusta.
Inevitable, entonces, comparar un buen libro con una buena película. Probablemente su objetivo único el olvidar siquiera imaginarte en una situación en la que el acto de mayor generosidad sea gastar la única bala que te queda en la pistola con tu hijo en lugar de contigo mismo, cuando las cosas se pongan muy feas. Así que me planteo juegos mentales inocuos tipo "prefieres el cine o la literatura". Pienso un rato en esto y me resulta casi imposible de contestar: "Casablanca" o "Pasaje a la India", "Brokeback Mountain" o "The bell jar", "Crouching tiger Hidden dragon" o "Retorno a Brideshead". Qué dificil, comparemos entonces algo fácil: el cine y el teatro. Para mí el último sale perdiendo. No es que no me guste el teatro, pero es que para un amante de la fotografía las películas ofrecen una infinidad de fotos una tras otra, millones de distintos puntos de mira, innumerables enfoques. El teatro tiene por supuesto el punto de mira del director, el montaje del tramoyista pero nunca es lo mismo. La tele no mató a la radio, pero para mí, noche tras noche, el cine le gana la partida al teatro.
Tras estas pequeñas distracciones, me atrevo a volver a McCarthy, y pienso que ante todo "The road" es una novela que habla de relaciones, la íntima y enamorada del padre y su hijo. No hay un te quiero en toda la novela, pero el amor, especialmente del padre, hacia ese niño que no ha conocido otra cosa, es redimidor y salvaje, y muy verdad. En el libro, en la peli, y supongo que si hicieran una versión teatral.
Diva ha hecho pellas. Pobrecita, lo entendemos y se lo perdonamos.
ResponderEliminarNo he leído la novela y solo por casualidad veré la película: la relación de literatura y cine me parece ambigua y perversa; y me decanto por los libros. Puedo opinar, sin embargo, porque una frase tuya me aterra:
«ya nada me parecía tan ciencia ficción. Era una sensación llena de ansiedad, pensar que en los últims 15-20 años las cosas han cambiado de tal manera que imaginar la faz de la tierra quemada no es potencialmente sólo fantasía».
Creo que esa percepción subjetiva se basa en una realidad objetiva: el tiempo corre contra nosotos y vamos perdiendo las batallas estratégicas, luego es muy posible que perdamos la guerra, todos, la guerra de todos. Autobombo y Sharing os remite a Vamos perdiendo.
En cuanto al teatro, reconozco que me da pereza, pero cuando voy suelo quedar maravillado. La presencia de los actores me vuelve real el texto más todavía que con un libro. Eso sí, he renunciado a los grandes espectácilos y solo voy a salas medianas o pequeñas.
McCarthy es un maestro del lenguaje desnudo. Frio, aspero y que te remueve por dentro. A mi La Carretera me gusto muchisimo a pesar del desasosiego que me causo. La película no la he visto.
ResponderEliminarLo mismo me paso con "No es país para viejos" y la peli me pareció una muy buena adaptación, incluido Bardem
Yo solo he leído no es país para viejos y me gustó. Este lo tengo en el kindle, pero me da cierta pereza.
ResponderEliminarTampoco ha cambiado tanto la cosa en los últimos años. Recordaros que desde la Segunda Guerra Mundial se vivía con la posibilidad real de la catástrofe nuclear, que eso de que la gente tenga un poco de miedo en el cuerpo y el apocalipsis y tal viene bien.
ResponderEliminarNAN, muchas gracias por el enlace a globalízate... no sane sucatas veces pase con el tren a los pies de Ratcliffe-on-Soar, cuando vivia en Nottingham. Desde uno de mis trrabajos, en una de las colinas d ela ciudad se veía ahi al fondo, escupiendo su mierda contra las nuebes. Daba para fotos tipo "Metrópolis"muy chulas, sobre todo cuanod la snubes eran negra sy se le ocurría salir el sol... era todo muy dramático.
ResponderEliminarEntonces tú eres libro-teatro-cine? Que ocnste q me gusta el teatro, pero me gusta tanto el cine q le va detrás. Spr hablando en general, claro q una buena obra de teatro me gustará mas q una peli mediocre.
MO, el libro es genial. Yo sufrí algo con el inglés (a estas alturas), pero es un lenguaje poco de la vida diaria. La peli, entre tú y yo, está Vigo (aunque desmejorado). No sé si eres Viguista-a mi ya me empeiza a dar palo q el pobre en todas su pelis ha de enseñar el culo. En esta también.
ResponderEliminarNINIO, el libro es muy duro y te remueve muchas cosas. Mejor leerlo cuanod uno está con ánimos.
BASAJA, es cierto con lo de q siempre viene handy tener a la población amedrentada, con esto y con aquello. Tener un buen ejército de parados (y ahora mas que nunca) es infalible ene sto de desincentivar la lucha por los derechos de los q lo tienen). En este caso, creo q MCCarthy no va en absoluto de eso: creo q da un toque, un toque q sera leido por la gente equivocada: los q ya tenemos "cuidado".