Un español habla de su tierra
Las playas, parameras
al rubio sol durmiendo,
los oteros, las vegas
en paz, a solas, lejos;
Los castillos, ermitas,
cortijos y conventos,
la vida con la historia,
tan dulces al recuerdo,
Ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.
Una mano divina
tu tierra alzó en mi cuerpo
y allí la voz dispuso
que hablase tu silencio.
Contigo solo estaba,
en ti sola creyendo;
pensar tu nombre ahora
envenena mis sueños.
Amargos son los días
de la vida, viviendo
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.
Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?
Luis Cernuda
Pues qué suerte!!
ResponderEliminarLa palabra tiene que ser 'bicicleta', supongo que dará para divagar. Además te confrontaremos con Moli y su post biciclista.
España: lejos, nuevamente.
ResponderEliminarHe buscado tus páramos, la herida
de tu gallardo amor por sueños ciegos,
he apurado el silencio de la copa
privada de tu vino y tu palabra.
Apetencia de ti, hambre de tierra
desapaciblemente fértil, voces
agrandadas en ecos engañosos,
sed de besar la boca de tu ausencia.
Mi mirada, rendida mansedumbre,
tibio nido de limbos deshuesados,
tumba para el azar, para el deseo,
cielo negro de lobo evanescente.
Te encontraré en la yema de los dedos,
en la respiración honda y sedosa,
en el veneno sobrio que la muerte
deja en la piel inerte de esta noche.
Qué cabronazo, el Cernuda. ¿Quién le dio permiso para husmear en nuestras cabezas?
ResponderEliminarBUeno, Ninio, pues divagaré un día de estos sobre las bicis-aunque ya sabes tú q ha sido de refilón, pues no son las ruedas de las bicis esa actividad tampoco.
ResponderEliminarCuánto tiempo Teodoro Adorno, también te hemos echado de menos como vate invitado en este erial de prosa mío.
Y no podría haber usado mejor adjetivo, NáN. De nuevo, otro poema triste, evocador de fotos en blanco y negro con bordes redondeados, de emisiones de radio por la tarde, del NoDo. Así de triste me siento cuando Cernuda me traslada a ese sitio, y así de desolada cuando, como el gato Adorno, desde lejos veo lo que ha quedado de todo aquello.
El otro día cuando estaba en Atenas un griego y yo despotricábamos de los políticos, de su falta de responsabilidad, de que se de por supuesto el binomio político-mentiroso... En éstas, un sueco que estaba escuchándonos nos dijo: nosotros aprendimos en Suecia de la manera más dura que los políticos son los representantes del pueblo.
ResponderEliminarYo no me siento en absoluto representado por ningún político, pero es cierto. Todos están ahí porque nosotros les votamos y les permitimos que nos desgracien.
Al final tenemos lo que nos merecemos, aunque lo que nos merezcamos sea esto...
Los políticos somos nosotros, los de a pie. Si nosotros no hacemos nada, si no los apoyamos cuando hacen algo bien y no los criticamos cuando lo hacen mal, si no aceptamos nuestra responsabilidad, tenemos lo que nos merecemos.
ResponderEliminarPor otra parte, no son más que los árbitros en un partido con un reglamento que ha creado el Sistema que no hemos votado ni querido. Si el sistema dice que unos tienen enfrente una portería pequeña, como de hockey, y otros tan grande como todo el fondo del campo, no pueden sino pitar gol cuando la pelota entra.
Somos como los padres de hijos maleducados que echan la culpa de eso a los proefesores del colegio.
Sí, pero el caso es que somos millones de padres y, aunque uno se ponga duro y exigente... quedan muchos para seguir malcriando.
ResponderEliminarYo ya he comentado en alguna ocasión lo que dijo Pérez-Reverte de que lo que pasa en España es que no ha habido guillotina. Cada vez estoy más de acuerdo. Yo me uniría a una turba que se apostara a la salida del Congreso y dijera 'ahora vais a pagar por lo que habéis hecho'. El problema fundamental el que el político no tiene ninguna responsabilidad por lo que hace.
Vamos, más que no tiene, que sí que tiene, es que no asume ninguna responsabilidad.
ResponderEliminarNiño, siempre he pensado como el sueco, y para muestra este divague de Febrero, donde se lía parda. Ya me suele pasar, que los divagues que no imagino polémicos, lo acaban siendo. En aquella época, (aún) menos gente entraba a divagar y acabó siendo un debate (ya lo verás) q me dolió especialmente, pq a raiz de él, una divagante dejó de entrar para siempre. Para mí, una pena.
ResponderEliminarAsí que cuando hablaba de la desolación que me pueda producir España, no me refería a los políticos específicamente: vale con ponerse delante de esa tele que se hace y se consume allá, para hacerse una idea. Por supuesto que los políticos son un reflejo de la sociedad, esa en que cuando va un fontanero a una casa y pregunta si "con factura o sin ella" nadie se escandaliza, esa en la que todo se justifica con el Lazarillo de Tormes y con "Spain is different".
Yo no apoyo la guillotina, ya que estoy en contra del derramamiento de sangre. Me inclino entonces por las sogas, pero supongo que aplicadas a diferente personal que el Señor Pérez Reverte.
Y por último, qué apropiada esta conversación hoy, que ha muerto un político muy querido por la gente por todo lo que se denosta a los demás.
Advierto que soy "muy" de lo público, que no concibo que una persona no se "extienda" en el interés por lo público y que, al mismo tiempo, no intente crecer en lo personal. Solo veo contrasentido en quienes eligen una parcela olvidando la otra.
ResponderEliminarDesde esta posición, me apena que un poema de Cernuda no saque de nosotros comentarios sobre esas pérdidas personales, a partir incluso del famoso verso "tu nombre envenena mis sueños". ¿Nos habríamos atrevido a decir, ya que parece que todos tenemos parejas que funcionan de verdad (la mía desde ha 37 años) si hay nombres que siguen envenando alguno de nuestros sueños? Somos así.
Y ello a pesar de ese verso potente contra lo dictatorial de derechona que hubo, y sigue habiendo, en este país "Ellos, los vencedores caínes sempiternos". Verso que habría dado cabida a una crítica de lo rancio.
Pero las cosas han salido así. No pasa nada. Mira Di: entonces ni os conocía (cuando la liaste parda). Pero de haber entrado, me habría conmovido, en mi esfera de lo público, hasta tal punto de que habría prometido leer tus entradas dos vceces al día.
Así que a quien perdiste por un lado, lo habrías ganado doblemente por otro.
Qué casualidad que en el blog de quien se fue, una persona que me parece excelente y viva, hace media hora dejé un comentario que empezaba "Vaya, mujer. Ya la liamos parda".
A no ser que fuera B, que también me ha gustado mucho.
Diva, te dejo sin onza chocolate como postre esta cena.
Gracias NáN por tu comentario. Muy interesante lo que dices sobre la dicotomía personal/politíca del poema, o más en concreto de los versos. Creo que el poema es más político (lo escribió en su exilio precisamente británico), y la frase evidentemente que evoca historias personales, de amores no-conclusos, del qué-podía-haber-sido... en fín, de ese amor desgarrado, e amor como veneno, como enfermedad, sobre el que divagué aquí
ResponderEliminaraquí (no es autobombo, es que como eres nuevo...;))
Muchas gracias por todos tus cariños, los apreciamos mucho por aquí. Ah, y por cierto, quien dejó de entrar no tenía blog q yo sepa.
Vaya, vaya, me quedo sin chocolate..., pero digo lo que quiero. Trato!
ResponderEliminar¿Quién dejó de entrar, a raíz de qué. cuál es su blog?
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