(Antes de adentrarse en la Segunda Parte de este "refrito", conviene haberse leído la Primera Parte; por irnos conociendo nomás)
Jueves, 12 de junio de 2003.
Jueves, 12 de junio de 2003.
De nuevo a las 7 de la mañana rumbo a Barcelona. Dejo los visados en casa, no vaya a ser que los pierda. A las 9:00 estoy en Justicia a recoger los certificados de penales.
Afortunadamente la funcionaria de ayer no está y no puede tomar represalias por la mala cara que le hice ayer. Me dan los penales y compruebo que todo esté bien.
Afortunadamente la funcionaria de ayer no está y no puede tomar represalias por la mala cara que le hice ayer. Me dan los penales y compruebo que todo esté bien.
A las 12 me esperan por temas de trabajo. Tengo suerte, acabo pronto y voy a comer a casa. Consuerte llega un poco después de un viaje largo, cansado. Me ha dejado el coche cómodo a mi y él se ha ido con el cutre.
A las 19:00 horas nos espera en Zaragoza un pediatra que nos han recomendado y que está especializado en adopción internacional. Vamos Consuerte y yo todo el camino preocupados. No sabemos que nos va a decir. Sólo queremos pasar ya el trago de la asignación y ver cuanto antes la carita de nuestro niño. Nos han dicho de la ECAI que es un niño (varón), pequeño y sano. ¡ojalá que esté sano!
Nos recibe el doctor y enseguida nos da mucha confianza. Nos dice qué es lo que debemos preguntar, qué es lo que debemos pedir y qué es lo que debemos grabar en video para que él luego nos pueda ayudar en el diagnóstico. Es una persona muy realista y no se anda por las ramas. Ha visto muchos casos de adopción y sabe de lo que habla. En la consulta hemos visto dos niñas chinitas y otra india. ¡Qué envidia nos han dado sus padres! Salimos de la consulta con el corazón encogido pero muy contentos de haber venido. Automáticamente se ha convertido en nuestro pediatra de por vida. Nos ha dado su móvil por si acaso lo necesitamos para una emergencia en Rusia (que no las haya ¡por favor!). Llegamos a casa derrotados. Mañana hay que jugar la última baza.
Viernes, 13 de junio de 2003.
Por la mañana, llevo todos los documentos por duplicado a la Notaría. Como siempre Isabel que es un encanto, me los hará en el acto. Se los dejo y me voy a trabajar. Estoy toda la mañana esperando que me llamen de la ECAI y me lo confirmen. ¡A ver si no nos vamos a ir después de todo! De los nervios, estoy de los nerrrrvioosssss. Voy a comprar cintas de video y una cámara de fotos digital para no perder detalle.
A las 11:40, llaman de la ECAI y que sí, QUE SÍ, QUE NOS VAMOS!!!!! Está todo listo y nos esperan en Moscú. Como una flecha, me voy a la Notaría, llamo a Consuerte por el camino y se lo digo. Llamo también a una amiga compañera de fatigas y se lo comento mientras subo por la escaleras de la Notaría. No me va a dar tiempo, no me va a dar tiempo voy pensando. El colegio de notarios cierra a las 14:00 puesto que hacen horario de verano. La notaria de mi pueblo les llama para ver si me van a poder recibir y dicen que sí, que me esperarán si llego un poco tarde.
Salgo de mi pueblo como una bala. ¿Por dónde voy? Aunque me tienta la autopista por lo rápida, decido ir por el camino más corto pero más incierto. Durante el camino grito a todo el mundo que me hace retrasar. Les insulto incluso. Parezco una loca. Afortunadamente la cosa, va bien, demasiado bien. Pero... ¡como no! ¡Obras en medio de la carretera! ¡Nos paran!. No puede ser. Menos llorar hago de todo. Sin parar de mirar el reloj. Por fin nos dejan pasar. Nos han tenido retenidos como unos 10 minutos. Los recuperaré en la autovía.
¡No puede ser! ¡Otra vez a parar! Como he adelantado a todos y soy la primera, le digo por señas al chico de la banderita, que no paro y que no paro. No se si me entiende o si no me entiende, el caso es que nos deja pasar. ¡Gracias a Dios! Falta poco para la una cuando voy por mitad de camino. La autovía hasta Zaragoza se me hace eterna. Voy volando, rezando que no haya coches de policía que me multen porque no pararé y rezando para que no pinche o no me la pegue. Entro en Zaragoza sobre las 13:20. Enseguida veo un parking en la Plaza del Pilar. ¡¡Por favor, que me dé tiempo!! Por el camino he hablado con un amigo abogado y sé más o menos dónde está el Colegio de Notarios. Dejo el coche volando y voy corriendo al Colegio.
Por fin llego, el corazón se me sale por la boca. Me reciben dos señoras que me ven tan atolondrada que les hago gracia. Me dicen que no me preocupe, que por ellas no quedará. Van a ver si me da tiempo ir después a que lo firme el Decano de Notarios de Zaragoza que está en otro sitio.
Me quedo muda. No puedo creer que tenga que ir a otro sitio. No me va a dar tiempo. Esto es una pesadilla.
Enseguida montan una cadena de grapado, sellado y visado de documentos y en unos minutos se han pulido los 16 documentos que llevaba (2 certificados penales, 2 certificados médicos, 2 solicitudes al banco de datos y 2 solicitudes al ministerio todo ello por duplicado). Llaman al despacho donde está el Decano y dicen que aunque es un poco justo que me da tiempo, que me esperarán. Después de darles las gracias, salgo corriendo por Zaragoza con un calor horroroso para ver si llego a la dirección que me han dado.
Llego al despacho. Me atiende una señora. Nada que ver con las anteriores. En cuanto ve lo que quiero, que me apostillen los 16 documentos, me dice que es muy tarde, que el Decano tiene mucho trabajo y que no cree que lo pueda hacer hoy porque son muchas firmas (dieciséis!!!!). Me desplomo. He llegado hasta aquí y no puede ser que todo se trunque por esta tiparraca. Me armo de paciencia y le digo que es muy urgente y que lo necesito hoy sin falta, ¡POR FAVOR!. Me hace poner las hojas de tal forma que el Decano no las tenga ya que abrir y que las pueda firmar directamente y me pide que espere sentada que va a probar si hay suerte. Más vale que la haya porque no me voy de esta oficina sin la firma del Decano.
Buena señal, tarda en salir. Será que las va a firmar. Espero más o menos 10 minutos y POR FIN, sale la señora con todo firmado. Lo voy ordenando loca de alegría. De repente... la agencia de viajes, a ver si no voy a tener billetes. Hablo con ellos y les pido que emitan ya los billetes para el sábado día 14 con regreso el domingo día 21. Confirmado, ¡¡ya los tengo!!!. Me derrumbo en el banco del Decano de Notarios de turno. Llamo a Consuerte y a mi madre para decirle que es verdad, que nos vamos. Decido mandar un mensaje a todo el mundo a través del móvil. No me quedan fuerzas para hablar. El mensaje dice:
EL DOMINGO NOS VAMOS A RUSIA A CONOCER A NUESTRO HIJO.
¡QUE FUERTEEEEEEEEEEEEEE!
A LA VUELTA OS CONTAREMOS.
¡Qué descanso Diva!
ResponderEliminarHe corrido contigo por esa carretera infame llena de obras. A 170 Km. por la autopista. Por los pasillos de la notaría ni te digo, y casi me como al notario por tener que hacer el esfuerzo de firmar dieciséis documentos y no estar muy dispuesto a ello.
No sé cómo al final de tantos nervios no te derrumbaste allí mismo. Casi he estado a punto de hacerlo yo...
Tan gran esfuerzo seguro que habrá tenido compensación y espero que nos hagas partícipes de ello.
Un beso.
Hola Sue,
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Es cierto, fue muy intenso. No sé porqué lo escribí en su día y así lo he podido revivir, recordar tal cual fue.
De otro modo sólo podría contar que mis primeras "contracciones" fueron muy duras pero no es lo mismo, no os habríais hecho una idea de cuánto.
Por supuesto que tuvo su recompensa y la sigue teniendo. No en vano tengo dos polluelos de 8 y 5 años que me tienen arrebatá.
Sí, como habrás adivinado, las contracciones se volvieron a repetir hacia 2005, pero creo quen no las escribí...
Besos.
Diva
Diva, me encanta que lo llames "contracciones". Te veo de verdad haciendo lo de las respiraciones y demas rituales.
ResponderEliminarMe acuerdo de tus segundas contracciones, ya divagabamos por aquella epoca.
Besos
Di
Hola Di,
ResponderEliminarIgnoro lo que son las contracciones de un parto, pero te diré que mi boca del estómago andaba por entonces un tanto contraída...
Muac!
Señor, qué intensidad, qué sufrimiento, qué de cosas que podían fallar ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarBasajuan,
ResponderEliminares comprensible tu intento de que se nos esterilice al nacer, yo también estoy sufriendo como Sue y los demás con el relato de Diva.
Sin embargo, tu idea sería un desastre.
La práctica totalidad de la gente que adopta niños se lanza a hacerlo después de mucho tiempo intentando tener hijos propios. Por eso les harías pasar doblemente por el aro. Más vale que eres como nuestro presidente, que se limita sólo a enunciar medidas
Basajuan,
ResponderEliminares comprensible tu intento de que se nos esterilice al nacer, yo también estoy sufriendo como Sue y los demás con el relato de Diva.
Sin embargo, tu idea sería un desastre.
La práctica totalidad de la gente que adopta niños se lanza a hacerlo después de mucho tiempo intentando tener hijos propios. Por eso les harías pasar doblemente por el aro. Más vale que eres como nuestro presidente, que se limita sólo a enunciar medidas
Enhorabuena, Diva, por tener lo que tanto ansiabas: un hijo, o dos en tu caso.
ResponderEliminarMadre no es sólo la mujer que da a luz a un hijo, sino, sobre todo, la que lo quiere, lo cuida, lo educa, lo reprende, lo mima, le enseña..., en definitiva la que lo prepara lo mejor que sabe y puede para andar por la vida.
¡¡¡Disfrútalos!!!
Es verdad Amanita y lo peor es que casi nada dependía de nosotros. Todo eran variables que no controlábamos, ajenas a nosotros...
ResponderEliminarTienes razón Sue, como siempre...
ResponderEliminarAbabol,
ResponderEliminarMi relato tiene final feliz y no está escrito para nada con la intención de hacer sufrir. Es simplemente lo que nos ocurrió y fue así de intenso.
Me imagino que habrá cantidad de partos que sean iguales de intensos o incluso peores.