13 enero 2010

Perfecto (casi)

De un tiempo aquí le he cogido manía a la palabra perfecto. No la soporto y trato de no utilizarla nunca. Ha pasado a ser tabú en mi lenguaje. Jamás la utilizo con mis polluelos porque me parece contraproducente.

Porque, veamos… ¿Quién determina qué es perfecto y en qué grado? Porque si algo está claro es que la perfección es algo subjetivo, diferente para cada uno, es decir, es un concepto tan abstracto que hay que “subjetivizarlo” de algún podo para poderlo entender.

¿Existe la perfección? No, por lo menos no en el ámbito humano.

Buscar la perfección en lo que hacemos ¿no es de antemano una partida perdida? ¿No conlleva acaso un estado de insatisfacción permanente? ¿Vale la pena hacer algo si no lo vas a hacer “perfecto”? Ante tal amenaza los hay que se quedan paralizados, incapaces de reaccionar. Es mucho más sano hacer las cosas lo mejor que uno sabe, o puede. Aún así, pueden salirte bien o mal, regular, desastrosas incluso, pero… ¿quién es capaz de hacer algo perfecto?

Cuántas de esas cruzadas son una crónica de un fracaso anunciado: cuerpo perfecto, madre perfecta, marido perfecto, casa perfecta…, hijos perfectos!! Cuánto negocio hay encubierto detrás de esos objetivos inalcanzables. Cuánta ansiedad. Cuánta presión. Cuánta decepción.

Esa búsqueda de la perfección es como la zanahoria delante del burro, inalcanzable y además puede hacer que, aunque “te hayas perdido el sol no llegues a ver las estrellas”, y por ende no las disfrutes porque andas concentrado en las imperfecciones de lo que haces. Sí, esas que hacen a cada persona única, diferente y qué deberíamos saber amar.

Buscar la perfección predispone a la intolerancia, a una exigencia tal que reduce todos tus logros a migajas y te impide tener una visión global de lo que haces “sólo” bien.

Y es que, a veces, lo mejor es enemigo de lo bueno.


8 comentarios:

  1. Obviamente, te ha salido una entrada perfecta...

    La perfección también puede ser fruto de la casualidad.

    Y siguiendo con el subjetivismo, lo que para una está perfecto para otro puede estar simplemente bien. O incluso mediocre.

    Pero ahí sigue la perfección, no por dejar de nombrarla va a desaparecer.

    Vayan unos perfectos buenos días, por cierto.

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  2. Estimado Basajaun,

    Buenos días tenga usted también.

    Ignoro lo que ha desyunado hoy (o cenado ayer), pero le agradeceré no cambie de dieta. Le sienta francamente bien.

    Agur

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  3. ¿Crees que es una dieta perfecta?

    PS: Por favor, apéame el tratamiento. Para que veas que los cambios a estas edades, si se producen, son muy lentos, te diré que me ponen malos todos esos tertulianos radiofónicos hablándose de usté.

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  4. No, simplemente TE sienta muy bien.

    Muac

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  5. Diva,

    Hace poco leí una frase muy muy vieja (de Epícteto) que decía algo así como que no son las cosas/hechos lo que nos molesta, sino la visión que tomamos de ellos. Hay cosas muy mediocres que pueden ser perfectas para uno que sabe apreciar lo bueno de las pequeñas cosas, y otras pluscuamperfectas que a un eterno insatisfecho no le harán feliz.

    Estoy agotada...me retiro en busca del sueño... perfecto?

    Besos

    Di

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  6. Diva, ¿y qué me dices de las veces que piensas que Consuerte es un perfecto idiota?

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  7. Gracias a Dios las menos y ahí "tampoco" roza la perección.

    Suelo usar "lelo" en vez de idiota.

    Pero se me ocurren otras acepciones según vas conociendo gente en la vida: "perfecto cabrón", "perfecto capullo"....

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  8. Luis Manteiga Pousa26 de febrero de 2023, 23:35

    La perfección no existe...o es inalcanzable. En todos los ordenes de la vida.

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