A pesar del nombre, esta entrada no hablará de política aunque huela mal. Tampoco trata de San José, que ya terminaron las Navidades. PP es el nombre con el que he bautizado al pavo de Tito (véase entrada “el pavo y los regalos”). Aunque bien pudiera parecer un nombre coloquial, incluso cariñoso, realmente esconde un significado mucho menos afectivo: Puto Pavo.
Hechas las aclaraciones pertinentes paso a contaros mi experiencia de ayer. No tiene (o sí y mucho) desperdicio.
Como algunos de vosotros conocéis y si no pinchen en la entrada que menciono anteriormente, desde hace un tiempo estoy pluriempleada, con sus ventajas y sus inconvenientes. Ayer me tocó ir a hacer una guía para matar unas vacas viejas que ya no paren. En mi descargo diré que todas ellas han vivido de pistón, que ya querríamos algunos… Una guía es una autorización de traslado de animales que expide la zona veterinaria a la que estás “afiliado” y que te cobran en formato tasa. Al acabar el papeleo, me fui a llevar la documentación pertinente (guía, anexo, DIBS y certificado) a la granja para que todo fluyera. Según la tarea a realizar en la granja, me cambio de ropa o no. Ayer decidí no cambiarme. Se trataba de una visita rutinaria sin grandes cometidos a realizar.
Tito estaba ocupado en las tareas normales y el pavo (antes detector y delator) no abrió el pico. Así que fui a “dar una vuelta” por dentro de la granja, revisé los terneros, ví las nuevas incorporaciones, los recién nacidos,… todo iba bien.
Cuando acababa de hacer mi recorrido, Tito, se percató de mi presencia y vino hacia mí. Que si esto, que si lo otro, que si hay que hacer, que si hay que comprar, cambiar eso, tirar aquello que no vale pa ná… Lo normal.
- Niña ¿que llevas ahí?- me pregunta señalando una bolsa de plástico que llevo en la mano
- Nada, la huevera* - le digo regocijándome ante la proximidad de mis “regalos”.
- Vamos a ver si hay - me dice Tito, y sigue - Aunque no lo creo porque estas putas gallinas entre el frío y que se hacen viejas ya no ponen ni ná.
- No te pases Tito – le increpo. Tengo que salir en defensa de las que, hasta ahora, son mis preferidas.
Generalmente me gusta disfrutar de mi “momento gallinero” en soledad. Voy, entro, miro las gallinas, observo al pavo, paso por debajo de donde duermen, cojo los huevos con cuidado… Se ha convertido en todo un rito. Esta vez Tito me acompaña, para que no me manche, dice.
Entramos al gallinero, las gallinas se apelotonan por salir, pero a una voz de Tito renuncian. El pavo, huye enseguida hacia la esquina más lejana. ¡Pobre! Pienso, a lo mejor me he pasado con él, he sido injusta. En ese momento, ajena a lo que se me avecina, no entiendo que quien huye sin motivo aparente algo habrá hecho, por algo será. Ignoro que PP se siente culpable.
Pasa Tito por debajo del arco dónde duermen las gallinas y se pone a recolectar los huevos. Yo le sigo confiada, paso un pie por debajo del arco y me agacho. En este trance, el pie que he adelantado comienza a resbalar de manera sospechosa en una carrera imparable. Tanto, que me encuentro en una posición no digna para una “señora” de mi edad (creo que en gimnasia rítmica se le llama el sapo a esta figura que dibujo). Totalmente "escarranchada", noto un tremendo tirón en la ingle y me debato entre caerme de bruces o seguir deslizándome y acabar en el hospital.
Tito a lo suyo, sigue cogiendo huevos. No se ha percatado de nada para mi tranquilidad. No quiero testigos, así que en un arranque de valentía, decido salir de allí por mi propio pie y hundiendo las manos en la mierda, consigo incorporarme justo a tiempo:
- Toma niña – me dice Tito mientras me da la huevera llena.
Cojo la huevera con el meñique, que es el único dedo que me ha quedado limpio, mientras compruebo que a pesar de no haberme roto nada, mis vaqueros están llenos de residuos orgánicos frescos, en ambas piernas, por no hablar de mis deportivas.
De acuerdo que había llovido y fuera había barro como para resbalar, pero dentro del gallinero no llueve. No le encuentro otra explicación: PP me la ha jugado y bien. Lo miro buscando en él signos de culpabilidad y lo veo agazapado, con miedo, queriendo huir. Se le queda el gallinero pequeño. Veredicto: PP culpable.
¿Cómo sé que ha sido él? Una vez que mis polluelos fueron al gallinero, usaron los huevos como munición, lanzándolos contra la pared, para deleite de PP que se los comía con fruición. Así que no hay duda, no quiere que le toquen los huevos. Si no lo mato en ese momento es porque hay testigos y porque me duele la pierna demasiado. Además, sospecho que esa no es la única trampa que puede haber en el corral. Decido retirarme, abochornada pero viva.
Salimos del gallinero Tito a la cabeza y yo detrás, disimulando mi cojera. Vamos comentando cosas del tiempo que hace, de los animales… Yo intento disimular para que Tito no vea mi pantalón cagado y no ser (encima) objeto de sus mofas. Cuando creo que lo he conseguido, Tito se queda clavado y me dice:
- Niña, ¿Cómo te has puesto así? ¿Qué has hessssho? (tocado)
- No, nada que me he resbalado antes en el gallinero.
- ¡Si es que no valéis pa ná.! - dice Tito sonriendo. Aquí te querría ver yo una semana entera – remata (tocado y hundido).
Me voy hacia el coche y abro el maletero donde espero encontrar un kit de limpieza lo suficientemente eficaz como para que no me tenga que quitar los pantalones. Encuentro unas toallitas desinfectantes y un limpiacristales. Con una tablilla del suelo, voy sacando mierda de mi pantalón. Cuando he conseguido liberarme de las capas más densas, protagonizo un “momento boda griega” y voy empapando de limpiacristales mi vaquero con la esperanza de que no se note el despropósito causado por PP. No lo consigo.
Tito cabecea con la ídem, mientras masculla palabras que adivino critican mi forma de limpieza.
Resultado:
- PP = 1
- Diva = 0
*Aclaración: Una huevera es un artefacto similar a los de cartón, pero de plástico que lleva un cierre y puede reutilizarse. Actualmente, es un artículo en peligro de extinción. Sólo unos pocos elegidos llevamos una en el coche
Pavo real uuuuh, pavo real uuuuhhh!!
ResponderEliminarAh que canción!
Diva,
ResponderEliminarYa predije que las ocasiones en las q el PP saliera en el blog iban a ser memorables.
Mereces todo lo que te pase en ese gallinero y mas. Y no hace falta que activa-agresivamente nos pongas esa cancion para castigarnos a nosotros tambien.
Besitos
Di
Desde luego que eres como Aramis Fuster... Pués si PP es malísimo. No me digas eu en la foto no es igual que el Sr. Burns de los Simpson...
ResponderEliminarAún me rio Diva....
ResponderEliminares increíble lo que uno puede encontrarse buscando en bolso, baúl de moto,coche....algún elemento limpiador en casos de urgencia como la que describes...
desde luego...quien quiere testigos en situaciones como esta??
vaya tela..el pp
Estimado Cheiw,
ResponderEliminarA punto estuve de sacarme los pantalones cuando se fue Tito y menos mal que no lo hice porque al poco llegó uno con una bici que me habría pillado con las manos en la masa...
Cunaod una hace el ridículo mejor sin testigos...
Tu sí que sabes!
Te doy una mala noticia:
ResponderEliminarEl pantalón te olera a mierda de gallina toda la vida. No será él, seras tu...¡¡¡Seguro!!!
Estimado Gonzalo,
ResponderEliminarQue oportunidad para estar callado y... no has sabido aprovecharla ja, ja...
Sólo espero que no tengas razón, no me seduce nada la idea de oler a mierda de gallina.
Coooc, coocco cooccc!
Te diré Diva, que yo tuve que tirar unas botas de mi hija literalmente a la basura, tras hundirlas en la m...en una granja ( afortunadamente al tropezar solo llego a meterse hasta la rodilla y...sin manos..), por decirte que en el viaje de vuelta íban envueltas en tres bolsas de plástico y aún así tiraban de espaldas....
ResponderEliminarLos pantalones se salvaron, eso sí.....tras algo así como siete lavados!! aunque conservaron un olorcillo muy especial...
Diva, suscribo la opinión de Gonzalo, esos vaqueros ya te olerán a mierda de gallina toda la vida y llevarás puestos con ellos el recuerdo del PP.
ResponderEliminarDiva, viendo lo supervengativa que has sido bautizando al Pobre Pavo como Puto Pavo, te recomiendo que no te pongas a pensar nombres para tu PC después de que se haya ido la luz sin tener grabados los avances.
ResponderEliminarNo, si al final el "pobre Pavo" va a ser el que se vaya de rositas...
ResponderEliminarPero, ¿no habéis visto la foto? Miradle, arqueado y esquivo, incapaz de aguantarme la mirada... Es una bestia. Maquiavelo a su lado un aprendiz.
Queridos, Cheiw y Amanita, ayer lavé los pantalones y no creo que huelan tanto. Debe de ser por el tratamiento de choque que les dí con el limpia cristales.
Divagueando, si no le hecho nada yo al pavo (por ahora). En cuanto a mi PC hasta el momento ha sido fiel. Sin embargo tuve un disco duro externo que me la jugó y al que no puse nombre para no hacer desfilar a toda la corte celestial.